Dentro de las dificultades que se abordan en el contexto de la terapia sexual, están las asociadas al dolor durante las relaciones sexuales. El concepto médico para definir el dolor persistente o recurrente, que ocurre antes, después o durante las relaciones sexuales es el de «dispareunia».
La vulvodinia es una afección vaginal/vulvar, de causa difícilmente identificable, que se caracteriza por ocasionar molestias o dolores crónicos en la región vulvar y que dura tres meses como mínimo. Es una patología frecuentemente no diagnosticada, a la cual equivocadamente, al no encontrar una posible explicación lógica, se atribuye exclusivamente a factores psicológicos o alteraciones emocionales.
La intensidad y gravedad de los síntomas varía de una persona a otra. Estos pueden aparecer tanto de manera constante como de forma esporádica pero recurrente. Además, las sensaciones pueden localizarse en puntos específicos de la vulva o bien tratarse de una molestia generalizada o difusa. En algunos casos, el dolor se acompaña de alteraciones en la piel como enrojecimiento, sequedad, irritación, etc.
Se estima una prevalencia de un 15%, con unas 14 millones de mujeres que la padecen en EEUU. Generalmente las pacientes consultan muchas veces y a diferentes médicos, antes de llegar a un diagnóstico. No existen pruebas específicas, por lo que la clínica y el examen físico son las principales herramientas.
Tratamiento y manejo clínico: Se debe disminuir todo lo que pueda irritar la zona vulvar. La ropa interior debe ser de algodón, evitando otras telas. No utilizar perfumes en la zona vulvo-perineal. No utilizar jabones que irriten, preferentemente agua sola para el lavado. Lavar muy bien la ropa interior, evitando que queden productos detergentes y suavizantes. No utilizar ropa interior para dormir. No utilizar toallas higiénicas que no sean de algodón. Evitar el uso de ropa ajustada en la zona de los genitales. Evitar el excesivo lavado en la zona vulvar.
El tratamiento puede incluir:
-Fármacos como esteroides, antidepresivos tricíclicos o anticonvulsivos para aliviar el dolor, antihistamínicos para los picores y/o anestésicos locales.
-Fisioterapia y Kinesioterapia: la electro-estimulación con “biofeedback” de la musculatura del suelo pelviano, es un tratamiento efectivo que permite lograr una relajación voluntaria y aprendida de la musculatura.
-Dieta: Diferentes publicaciones sugieren que una dieta con restricción de oxalatos, podría ser beneficiosa. Para esto se recomienda evitar alimentos como: harina de maíz blanco, cereales de salvado, pan integral, kiwi, puerros, espinacas, berenjena, maní, almendras, avellanas, nueces, chocolate, etc
-Psicoterapia: La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser eficaz al utilizarla con el tratamiento que considera la focalización del dolor y sus componentes psicosociales. Muchas veces esta situación deteriora la relación de pareja, por lo que se recomienda considerarla en la psicoterapia.
Referencias:
VULVODINIA: UN DIAGNÓSTICO OLVIDADO FRENTE AL DOLOR VULVAR Paolo Ricci A. Unidad de Ginecología, Departamento de Obstetricia y Ginecología, Clínica Las Condes.
Si quieres saber más sobre el tema escucha “Cómplices, Los Dos” este jueves a las 21:00 horas.
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa
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