No se puede negar la disparidad que existe entre hombres y mujeres cuando se trata de orgasmos. Los científicos llaman al fenómeno ‘brecha del orgasmo’. Y aunque los orgasmos de las mujeres no son un mito, todavía hay cierta incertidumbre sobre cómo ocurren sus orgasmos.
En términos simples, la brecha del orgasmo se refiere al hecho de que en la mayoría de las relaciones sexuales heterosexuales, los hombres tienen más orgasmos que las mujeres. O al menos, tienen más probabilidades de tener uno.
Lo que hay detrás de la brecha
Nuestro compatriota Gonzalo Quintana, Doctor en neurociencia conductual del Centro de Estudios en Neurobiología Conductual (CSBN) de la Universidad Concordia, Canadá y Conall Mac Cionnaith, decidieron explorar la ‘controversia’ de los orgasmos clitorianos versus vaginales. Esto, en un artículo que escribieron para The Conversation.
A partir de esta idea, los dos realizaron una revisión literaria, tomando en cuenta la evidencia y perspectivas actuales sobre cómo esto ocurre en las mujeres, considerando que el tema ha llevado a un debate científico, político y cultural durante más de un siglo.
Los dos explicaron la idea de los orgasmos femeninos como un fenómeno que se produce a partir de ‘la interacción compleja de varios sistemas fisiológicos y psicológicos a la vez’.
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Los investigadores señalan que no siempre llegamos al orgasmo cada vez que tenemos relaciones sexuales. Y eso puede estar bien, porque podemos tener relaciones sexuales por muchas razones diferentes.
Sin embargo, los estudios muestran repetidamente que las mujeres alcanzan el clímax con menos frecuencia que los hombres durante los encuentros sexuales.
Por ejemplo, una encuesta nacional realizada en los Estados Unidos mostró que las mujeres reportaron un orgasmo por cada tres de los hombres. Los hombres heterosexuales dijeron que lograron orgasmos usualmente o siempre durante las relaciones sexuales el 95 por ciento del tiempo.
Cómo superar la brecha
Esto se explicaría en gran parte a cómo la educación sexual en colegios, escuelas y liceos, ha mantenido el derecho al placer (dentro de otras cosas más) fuera de sus programas. Se ha enfocado en cambio, en la reproducción humana, la biología, la prevención de embarazos y de infecciones de transmisión sexual. ¿Dónde queda el placer, la comunicación y que sentimos o pensamos respecto al sexo?
Dentro de los factores culturales que pueden incidir en la brecha, está la sobrevaloración del ‘coito centrismo’ que se puede traducir en igualar (y a la vez limitar) el sexo con la penetración vaginal.
Básicamente el sexo sería igual a pene dentro de la vagina. Uno de los problemas asociados a esta mirada, es que la sola penetración es bastante inefectiva para la consecución del orgasmo femenino.
Respecto a la brecha del orgasmo, los investigadores plantean que nuestra primera reacción ante esta, puede ser señalar con el dedo y encontrar a alguien a quien culpar: las actitudes culturales, la religión, la sociedad, el sistema educativo, la pareja, etc.
Y para superar dicha brecha, la comunicación es la clave. Comprender lo que cada uno quiere, cómo, cuándo, dónde o durante cuánto tiempo requiere de apertura, confianza y comunicación.
El autoconocimiento y en particular el conocimiento del clítoris, junto con comunicar y llevar ese conocimiento a la acción, pueden ser grandes aliados si queremos acortar la brecha.