Ser asertiv@ significa comunicar tus necesidades, deseos, sentimientos, creencias y límites a los demás de una manera directa y honesta, sin herir los sentimientos de nadie y cuidando la relación.
El uso de la comunicación directa puede reducir los conflictos, mejorar tus relaciones (incluida tú relación de pareja) y aumentar tu autoconfianza. Es útil imaginar la asertividad como el punto medio entre la agresión y la pasividad.
Las ventajas del comportamiento asertivo
El uso de comportamientos agresivos, como amenazas verbales o físicas, puede darte lo que quieres a corto plazo, pero van en desmedro de tu relación. Por otro lado, el comportamiento pasivo también puede arruinar las relaciones, porque tus propias necesidades, deseos y sentimientos son ignorados a favor de evitar discusiones.
Las ventajas de utilizar el comportamiento asertivo incluyen: tus necesidades, deseos y sentimientos son más propensos a ser entendidos, ambas partes son más propensas a sentirse respetadas y escuchadas, la relación se ve fortalecida experimentando menos conflictos y discusiones negativas.
Otras ventajas son el aumento de la sensación de control sobre tu propia vida, una mejora en tu confianza/autoestima y aumentar las posibilidades de conseguir lo que realmente quieres.
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La asertividad es una habilidad aprendida y como cualquier otra habilidad, requiere tiempo y práctica. Estas son algunas sugerencias para lograrlo:
-Comienza por tomar la decisión de ser asertiv@ en lugar de agresiv@ o pasiv@. El compromiso con el cambio es un gran paso en el proceso de aprendizaje.
-Piensa en un conflicto reciente donde sus necesidades, deseos o sentimientos no fueron respetados. Imagina cómo podrías haberlo manejado de una manera más asertiva.
-Practica el hablar de una manera asertiva. Lo puedes hacer sol@, con tu pareja o amig@. Presta atención a tu lenguaje corporal y a las palabras que dices.
-Respeta los deseos, necesidades y sentimientos de los demás, y acepta que sus puntos de vista pueden ser diferentes a los suyos (igualmente válidos).
-Trata de ver a la otra persona como alguien con quien estás trabajando en equipo, en lugar de en contra.
-Dile a la otra persona honestamente cómo te sientes, sin hacer acusaciones ni tratar de hacerla sentir culpable.
-Usa un lenguaje asertivo como: ‘Siento…’ y ‘Creo…’, y explica exactamente cómo te sientes.
-Evita el lenguaje agresivo y palabras como: ‘Siempre…’ “Nunca…” y ‘Tú…’, que culpan al otro e intensifican el conflicto.
-No interrumpas a la otra persona cuando esté hablando. Esfuérzate por escuchar y entender su punto de vista.
-Si el intercambio no resulta bien, puedes aprender de la experiencia y planificar cómo harás las cosas de manera diferente la próxima vez.