Con la llegada de un nuevo año, es bastante frecuente que hagamos recuentos, análisis del año que se va y que nos planteamos propósitos u objetivos a cumplir dentro de los próximos 365 días.
¿Sabes cuáles fueron los propósitos que más se repitieron el año pasado a nivel mundial?
Según distintos informes, fueron: hacer más ejercicio, bajar de peso y comer más saludable. ¿Te planteaste alguno de estos objetivos? ¿lo lograste?
Lamentablemente las estadísticas no son muy promisorias. Se estima que menos de un 10% de las personas que se plantean propósitos durante el año nuevo los cumplen.
Junto a esto, en el contexto de este año tan “especial” que hemos pasado, tenemos las excusas/razones perfectas para no haberlo hecho.
En este último punto la mayoría de los seres humanos coincidimos en lo siguiente: generalmente atribuimos la razón de nuestros “fallos” a cosas externas, como otras personas, el trabajo, el destino, la mala suerte o la pandemia.
Curiosamente el bajo porcentaje de personas que logran sus objetivos de año nuevo, es el mismo con o sin pandemia.
Entonces, ¿qué podemos hacer distinto?
Aquí hay algunas sugerencias, que te puede ser de gran utilidad para cumplir tus propósitos y objetivos en el 2021.
Junto a esto e independiente de si los cumples o no, te deseo de todo corazón que el próximo año sea mejor que el 2020.
1. Define tus propósitos con claridad
Si por ejemplo dentro de tus propósitos está el “ponerte en forma”, es fundamental que lo aterrices a objetivos lo más concretos posible.
¿Ponerte en forma es bajar de peso? ¿cuántos kilos es eso? ¿o quieres mejorar tu capacidad aeróbica? ¿vas a hacer deporte sin que te dé un principio de infarto? ¿o quieres correr una maratón?
Distintos especialistas en cambio conductual y motivación, sugieren que las metas deben ser medibles, posibles, relevantes y con un límite de tiempo.
Mientas más claridad tengas en que quieres lograr, más probabilidades hay de que lo logres.
2. Define tus propósitos en positivo
Con esto me refiero a que definas qué quieres y no qué es lo que no quieres. Por ejemplo, puedes plantearte “no quiero seguir trabajando hasta tan tarde”.
En ese caso no hay claridad sobre lo que quieres y si eso no está claro, ni siquiera te vas a dar cuenta cuando lo hayas logrado. Una alternativa podría ser “voy a trabajar hasta las 18 horas los días de semana”.
3. Monitorea tu progreso
«Lo que no se puede medir, no se puede mejorar”. Esta medición y control, facilita el compromiso y la motivación con lo que te propongas.
Puedes mantener un registro escrito de tus avances (recuerda que la memoria es frágil).
4. Uno a la vez
Si tus propósitos son demasiados —en términos de efectividad— no tienes ninguno realmente. Y con esto no te estoy subvalorando; ¡en absoluto!
Pero a medida que comiences a hacer lo necesario para cumplir un propósito, te vas a dar cuenta de que implica muchos pequeños cambios y hay veces que puede ser una tarea de tiempo completo. “El camino de las mil millas comienza con un solo paso”.
5. Hazlo social
Coméntalo con tu pareja, tu familia, tus amigos, súbelo a Facebook.
Entiendo que pueda ser un poco vergonzoso según el caso, pero el apoyo social es fundamental y esto hace que de cierta forma te comprometas con otros también —aunque digas que no te importa lo que piense el resto— y esto aumenta las probabilidades de que lo logres.
6. Dime con quién andas y te diré sí es que lo cumples
Es importante que te relaciones con personas que tengan metas u objetivos similares a los tuyos.
Esto permite compartir experiencias y aprendizajes en pro del logro de los objetivos, facilita el apoyo social, la motivación y el compromiso.
7. Hazte cargo
Tú eres él/la protagonista y únic@ responsable de cumplir tus propósitos. La posición de víctima o de culpable es muy poco efectiva en estos menesteres y tus logros no dependen de otras personas, de tu pasado, de tu signo del zodiaco o de lo que te diga el horóscopo.
Y quiero dejar lo mejor para el final
Si quieres plantearte un propósito u objetivo de Año Nuevo que realmente te haga feliz, piensa en las formas en que puedes contribuir al mundo.
Para hacerlo, no es necesario erradicar el hambre del mundo o encontrar la paz mundial. Podemos hacerlo en lo cotidiano, en el día a día, con pequeños actos de ayuda, generosidad, compasión, respeto, etc.
Las investigaciones muestran que esto no solo es bueno para el mundo, sino también muy bueno para ti. Y al ser bueno para ti, puede ser bueno para el mundo. Y al ser bueno para el mundo, ser bueno para ti…
Si quieres saber más sobre el tema escucha “Cómplices, Los Dos” todos los jueves a las 20:00 horas.
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa
¡Deja tus preguntas!
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