Tod@s somos culpables de habernos puesto a la defensiva alguna vez. Esto ocurre en las relaciones felices y en las no tan felices. Es una actitud bastante frecuente, pero no por eso útil.
La actitud defensiva es uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis y es definida por uno de los principales investigadores de parejas, John Gottman como: «autoprotección en forma de indignación justa o victimización inocente en un intento de evitar un ataque percibido».
La palabra clave aquí es «percibido», ya que es bastante común que alguien CREA que está siendo atacado y actúe a la defensiva, cuando, de hecho, esa no es la intención de la otra persona.
Cualquier solicitud de cambio a veces puede desencadenar una reacción negativa y una cascada de pensamientos negativos.
En otras palabras, puedes SENTIRTE a la defensiva, cuando nadie te está culpando o atacando. Expresar una queja, que se centra en un comportamiento específico y solicitar un cambio, no es un ataque. Pero se puede experimentar así.
¿Qué podemos hacer distinto?
La investigación de Gottman encontró que las personas que esperan 5 segundos antes de responder a las quejas de sus parejas tienen mejores relaciones. Reducir la velocidad de la respuesta es una forma eficaz de reducir la actitud defensiva en las relaciones.
Estas son otras sugerencias para defendernos de la actitud defensiva:
1. Pregúntate:
«¿Qué estoy sintiendo ahora mismo?» Observar y describir lo que estás sintiendo, en tu cuerpo, es una poderosa herramienta para regular lo que estas sintiendo.
De esta manera te será más fácil responder, en vez de reaccionar (y tirar la “pachotada”). En este punto es muy importante que observes y describas qué estas sintiendo y NO por qué te estás sintiendo así. Eso último puede tirarle más leña al fuego.
2. Considera su punto de vista
¿Hay algo, algún pequeño punto, aunque sea microscópico en el que puedas estar de acuerdo con tu pareja? ¿Algo en lo que puedas «ceder»? ¿Cualquier cosa?
Revisa: ¿Cuánto sexo es normal o saludable en una relación de pareja?
3. Pide la pausa
Si notas que te está costando mantener la conversación y que alguna emoción (como la rabia) esta nublándote, pídele amablemente a tu pareja que se tomen un descanso de la conversación.
Esta es una forma proactiva de calmarse a ti mism@ y evita que tu cerebro emocional suelte a los leones.
4. No te tomes la queja de tu pareja como algo personal
Esto suena imposible, especialmente si la queja es sobre algo que hiciste o no hiciste, en una relación tan personal como la de pareja. Sin embargo, una vez que estés mas tranquil@, si sientes que te has puesto a la defensiva, busca entender por qué.
Pregúntate: ¿Por qué me estoy poniendo a la defensiva? ¿Qué estoy tratando de proteger?