Dentro de tantas opciones que ofrece el mercado de la belleza, terminamos mareadas, probando a ciegas un producto u otro. Por mi trabajo, he tenido la posibilidad de probar -sin exagerar- cientos de productos, algunos caros, otros baratos, conocidos y desconocidos.
A continuación, las 5 lecciones que me han dejado estas experiencias, útiles para tener en cuenta al momento de elegir productos:
- A veces, mientras más sencilla la composición química del producto, mejor. Existe toda una corriente del mundo de la cosmética, en especial de las cremas de volver a lo natural. Para mi sorpresa, productos que priorizan elementos orgánicos y a veces comunes, son los que mejor resultado dan. Fíjate en ellos a la hora de comprar.
- Para el rostro lo que más vale es la constancia. A la larga, más que la sofisticación del producto que uses, lo que más hace la diferencia es la rigurosidad con la que mantienes tu piel limpia en las noches y protegida del sol durante el día. Cerca de mis 30 años, ya noto las bondades de haber sido rigurosa con desmaquillar sagradamente el rostro a diario y de aplicar incluso en los días nublados una base de bloqueador.
- No cometas el gran error de no considerar condiciones médicas tanto de la piel del rostro como del cuero cabelludo. A veces por suponer, sin ir al médico, terminamos perdiendo mucha plata y tomando opciones de compra que solo nos empeoran. La piel del cuerpo es un órgano que merece atención, más allá de la cosmética. No te quedes eternamente suponiendo.
- Un gran error en cuanto al pelo, es no considerar la condición de tu cuero cabelludo, que es como la tierra de una planta. ¡Todo parte de ahí! Lo que sigue es mantener la hidratación de la fibra capilar. Para este efecto, lo que mejor me ha funcionado a lo largo de los años son aceites de buena calidad, especialmente diseñados para una buena absorción sin dejar el poco deseado efecto pegote.
- ¡Cuida tu contorno de ojos! La piel es más delgada en esa zona y por ende más susceptible a perder hidratación. Mi mejor consejo al respecto no va tanto en tener cremas especializadas, sino en manipular esa zona con cuidado, especialmente cuando nos desmaquillamos. Tironear esa piel, puede ser más nocivo que cualquier otra cosa.
- Bonus para las santiaguinas. Nuestro clima es seco, ideal para cultivarnos arrugas. Ayuda a tu piel con brumas, sobretodo si vives en ambientes cerrados con aire acondicionado que seca el aire.