Como ya saben, los picoteos son mi adicción, ¡pero una real adicción! Y como lo prometido es deuda, les tengo la primera salsita perfecta para el picoteo y así deleitar cualquier paladar con un rico pesto de albahaca.
Mi papo, mi suegro y mi novio son fans número 1 de esta receta. Así tengo conquistados a mis 3 hombres importantes y lo mejor es que mi suegro es italiano, por lo que su aceptación es un honor para mí.
Mi búsqueda del pesto casero perfecto partió hace 6 años. Siempre que salgo a comer y pido algo que tenga pesto (como tapas, pizzas, pastas o sándwich) encuentro que no tiene sabor a nada, es un engaño. Casi siempre es mucha crema, agua y una que otra hoja de albahaca loca dando vueltas por ahí. Por lo mismo, como amante de la albahaca, quise hacer el mío para saber si sería como los que había probado: mejor o peor.
Como en la cocina no hay reglas, mi receta la logré adaptando aquellas que encontraba en internet (con crema, mantequilla, piñones, nuez moscada, etc) hasta lograr la fórmula perfecta que hace 5 años es la misma y sigue causando furor entre mis comensales a la hora del picoteo. Lo mejor de todo es que está comprobado: ¡no hay hombre que se resista a esta receta!
PESTO DE ALBAHACA
Ingredientes:
- 2 Matas de albahaca (si es la que viene deshojada, usa 3 cajitas)
- 200 gramos de nueces (½ paquete chico)
- 40 gramos de queso parmesano (no queso rallado)
- 1 diente de ajo (esto depende del picor de cada uno)
- 500 gramos de aceite de oliva
- ½ cucharada de sal
- Pimienta (a gusto)
Preparación:
Deshoja la mata de albahaca y la pone en un colador. Lava un poco las hojas para sacar la tierra (en caso de usar las que vienen en caja solo lavar un poco). Hay gente que lo hace con agua caliente, pero probé con agua helada y funciona perfecto.
Luego en una minipimer o juguera, pones las hojas de albahaca, queso parmesano, nueces, ajo, pimienta y sal. Ojo que el queso parmesano es muy salado, por lo mismo, aquellas personas que consumen poca sal, les recomiendo no poner la sal ahora y al final ir agregando de a poco. Lo mismo con el ajo. Yo le pongo 2 a 3 dientes, pero porque a mí me gustan las cosas picantes.
Ahora agrega la otra mitad de aceite de oliva y sigue procesando. Si al picar con la máquina, ésta no gira o no muele, es necesario que agregues más aceite de oliva, eso facilitará que los alimentos se trituren.
El resultado será como el de la foto, todo molido pero seco. Por eso agregamos el resto de aceite de oliva, lo que le dará la textura pastosa que queremos lograr. Si te sobra o quieres guardarlo, ponlo en un frasco de vidrio y agrega aceite de oliva hasta cubrir el pesto, si no lo haces la primera capa se pondrá negra y se oxidará.
Esta receta que compartí con ustedes es la que hago siempre. Es mi secreto, esa que nunca me falla y que espero pase de generación en generación. ¡Anímense a prepararla en sus casas!
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