Muchas veces me preguntan respecto a la efectividad de los afrodisíacos y hasta el momento mi respuesta siempre ha sido la misma: no hay evidencia científica que demuestre su eficacia, pero mientras creas que algo es afrodisíaco para ti; lo más probable es que lo sea.
Ahora voy a plantear algo distinto en base a una lista de 10 afrodisíacos que, aunque no incluyen picorocos, hay evidencia científica contundente que los avala:
- Respeto: respetar a tu pareja y entender sus necesidades. El sexo no tiene porque estar monotemáticamente centrado en la penetración y el orgasmo. Es importante entender al otro como justamente eso: un otro.
- Hacer ejercicio: en base a investigaciones del hospital Johns Hopkins, publicadas recientemente en el American Journal of Medicine, la disfunción eréctil (entre otras disfunciones) tiene una alta correlación con falta de salud física y sedentarismo. Más del 50% de las personas con diabetes y 44% con hipertensión, tienen problemas para lograr o mantener una erección. Las personas que hacen deporte o algún tipo de actividad física, tienden a sentirse más atractivas y a mejorar su autoconfianza, entendiendo que el sentirse deseado y deseable es un gran gatillador del deseo.
- Psicoterapia: muchas veces es de gran ayuda realizar un proceso de psicoterapia, que permita trabajar con miedos, ansiedad, angustia, depresión, estrés, conflictos, disfunciones, trastornos, psicopatologías, etc, que pueden tener relación directa o indirecta con la calidad de la vida sexual.
- Sildenafil: conocido como viagra o pastilla azul. Aunque no es un afrodisíaco por sí mismo, la evidencia científica es contundente y ha sido de gran ayuda para personas que tienen una condición fisiológica donde se hace necesario, tras el diagnóstico y prescripción de un especialista, el uso de este avance de la ciencia.
- Yohimbe, Tribulus y Maca: esto según la revista Live Science, pero no hacen referencia a ningún estudio serio. Personalmente tampoco he tenido acceso a información con base científica. Por otro lado he ingerido estos productos en distintas dosis, sin notar ninguna diferencia a ningún nivel (más que la de mi bolsillo por los 30 dólares que me costaron en un viaje a Estados Unidos).
- Ostras: la evidencia está basada a que internacionalmente hemos aprendido y pensado que son afrodisíacos. Aunque los pensamientos no son los hechos, el efecto placebo es innegable. Por otro lado y a diferencia del punto anterior, hay un estudio que dice que las ostras tienen altos niveles de ácido D-aspártico y N-methyl-D-aspartate, que aumentaría los niveles de testosterona.
- Fantasía: la fantasía es un estímulo sexual muy potente, fácil de obtener y sin costo. En la fantasía esta todo permitido, porque es solo eso: fantasía.
- Saber: es importante saber qué nos gusta y qué no, qué necesitamos, qué comemos, dónde y cuándo. Saber que el deseo no es espontáneo y que es fundamentalmente cognitivo (de la cabeza) y que va más allá del efecto real que puedan o no tener las ostras, los picorocos o los chocolates.
- Distancia y límites: tu pareja no es tu mejor amig@, herman@ o hij@, es tu pareja. «Ni tan cerca que queme ni tan lejos que enfríe».
- Conciencia plena (mindfulness): lo último y más importante es «simplificar la mente y volver a los sentidos», callar a esas voces internas que no nos dejan disfrutar. Cuando estés teniendo sexo, no estés haciendo nada más que eso; tener sexo.
Este jueves, de 20:00 a 21:00 horas, seguiremos conversando sobre este tema en «Cómplices, Los Dos».
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
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