Llevo casi 10 años trabajando con pacientes en consulta. En todo este tiempo, me han preguntado en innumerables ocasiones sobre cuáles son los motivos de consulta más extraños. La verdad es que, en general, tienden a repetirse y no abundan las rarezas. Por otro lado, puede que ya no me sorprenda tanto y que muchas inquietudes que podrían parecer bizarras, se me hacen muy entendibles en cada contexto particular.
Sin embargo, hay algunas que siguen siendo un poco extrañas y que se repiten tanto en mi correo electrónico, como en mi consulta y en la de otr@s colegas. Aquí hay algunas:
1. Dudas relativas a peculiares maneras de quedar embarazada
Lamentablemente en nuestro país todavía estamos bastante al debe en lo que respecta a educación sexual integral. Esto hace entendible el recibir preguntas como: «¿Puedo quedar embarazada por el sexo oral o anal?», «si un hombre eyacula en una piscina y hay una mujer bañándose en sus días fértiles, ¿es posible que quede embarazada?».
2. ¿Qué son los sonidos de mi vagina?
Su nombre en latín es flatulus vaginales y si bien pueden sonar parecido, no hay ninguna conexión con el aparato digestivo y carecen de olor. Se trata simplemente de la expulsión de aire que puede acumularse en la vagina durante la penetración. Hay ciertas posiciones y movimientos que aumentan su ocurrencia y se asocia a una disminución en el tono muscular de las paredes vaginales. Esto último no siempre es la causa y de ser así, es recomendable realizar los ejercicios de Kegel.
3. Tuve relaciones por primera vez y no se rompió mi frenillo ¿quiere decir que no he perdido la virginidad?
Esta pregunta la he escuchado muchísimas veces por parte de hombres jóvenes. Por un lado, plantea una confusión respecto a la virginidad: que es un concepto valórico/religioso y que apunta a la pureza que ha de conservarse hasta el matrimonio. Respecto a la inquietud del rompimiento del frenillo, existe la creencia bastante extendida —al menos en Chile— de que así como a las mujeres «se les rompe el himen» en su primera relación sexual, los hombres no podíamos quedar atrás y algo se nos tenía que romper. Lo cierto es que, si se rompe el frenillo es importante acudir a la urgencia, ya que es una zona con alta irrigación sanguínea y eventualmente habría que hacer puntos.
4. Preguntas relacionadas con la normalidad
Es curioso como en algunos ámbitos de la vida pareciéramos estar obsesionados por ser distintos, pero en lo sexual parecemos estar «enfermos de normalidad»(como dice mi amigo y colega Antonio Godoy). Las preguntas que caen en esta categoría van desde cuántos centímetros deben medir ciertas partes del cuerpo a cuánta es la duración normal, la frecuencia normal, gustos normales, etc.
¿Y qué es lo extraño de estas preguntas? Primero me llama la atención la obsesión por ser normales y políticamente correctos, en una dimensión de nuestras vidas que se caracteriza por lo contrario y por la diversidad en su máxima expresión. Es como si estuviéramos confundiendo lo normal con lo placentero o con lo que, a mí, en mi contexto y particularidad me resulta útil. Lo normal no siempre es lo que me sirve. Por otro lado, con estas preguntas ponemos en un rol de experto a un tercero, que no sabe de mis gustos, de mis fantasías, de lo que yo y/o mi pareja encontramos placentero. Entonces me hago esta extraña pregunta: ¿Queremos tener sexo para ser normales o para disfrutar?
En el programa de esta semana seguiremos conversando sobre el tema. Escúchanos este jueves en «Cómplices, Los Dos», de 20:00 a 21:00 horas. ¡Puedes comentar con nosotros usando el hashtag #ComplicesFMDOS!
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa