Hace un tiempo, durante un viaje a Buenos Aires, mientras estaba tranquilamente tomándome algo en la barra de un bar, conocí a una interesante pareja de ingleses. Él se llamaba Greg y debe haber estado bordeando los 50, ella era Anne y tenía según mis cálculos, unos saludables 35. Eran pareja hace casi 9 años, tenían una hija de 7 y trabajaban juntos en su propio hotel en Londres.
Después que me presenté y de las miradas incrédulas, preguntas y bromas al decirles a qué me dedicaba, tuvimos una conversación bastante íntima: Greg y Anne comenzaron a revelarme sus placeres sexuales más profundos. Lo que a mis amigos de barra ingleses más les gustaba era tener sexo, pero no llegar al orgasmo.
Greg me decía que su vida sexual con Anne es mejor ahora que nunca y que no se compara con la que tuvo con parejas sexuales previas. Después de una pausa agregó: «Es que nosotros practicamos ‘Karezza’. Lo que nosotros hacemos es una forma de sexo donde no nos focalizamos en los orgasmos como el premio. Es más, los practicantes de Karezza incitamos y buscamos el no tener orgasmo. Esta búsqueda crea un sentimiento que es difícil de describir, pero que es muy profundo a nivel de pareja».
La palabra Karezza viene de la palabra italiana Carezza, que significa caricia y describe este método donde lo que se busca es un tipo de relación centrada en el apego y el afecto.
La palabra Karezza fue usada por primera vez en 1896 en Chicago por la Dra. Alice Bunker Stockham, una obstetra feminista de la época. Ella defendía la satisfacción sexual tanto para hombres como mujeres. Stockham incitaba la continencia masculina para fortalecer la relación y que la mujer hiciera lo mismo en base a la igualdad.
Dentro de las sugerencias para la práctica del sexo Karezza están:
- El darse un tiempo prolongado para tocarse, sin centrar la estimulación únicamente en los genitales, sino que en todo el cuerpo.
- Mantener el contacto visual lo más posible.
- Realizar movimientos lentos e intensos, incluir masajes genitales que deben durar como mínimo 20 minutos y no más de 45 minutos.
- Al momento de la penetración, la posición ideal es la de Yab Yum: en la que el hombre está sentado en posición de loto y la mujer arriba abrazándolo con sus piernas, mirándose de frente.
Personalmente me gusta la idea de escapar de la rigidez en el sexo y salir de la monotemática penetración o de la presión/obligación del orgasmo. Pero ahora, presionarnos/obligarnos a no tenerlos, no sé si nos sirva de mucho. Me parece bien la idea de disfrutar más del viaje, pero si estás evitando el llegar a alguna parte, es difícil disfrutar el recorrido.
En el programa de esta semana seguiremos conversando sobre el tema. Escúchanos este jueves en «Cómplices, Los Dos», de 20:00 a 21:00 horas. ¡Puedes comentar con nosotros usando el hashtag #ComplicesFMDOS!
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
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