Ser asertiv@ significa comunicar tus necesidades, deseos, sentimientos, creencias y límites a los demás de una manera directa y honesta, sin herir los sentimientos de nadie y cuidando la relación.
El uso de la comunicación directa puede reducir los conflictos, mejorar tus relaciones (incluida tu relación de pareja y tus relaciones sexuales) y aumentar tu autoconfianza. Es útil pensar en la asertividad como el punto medio entre la agresión y la pasividad.
La asertividad sexual es la capacidad de comunicar nuestras necesidades y deseos sexuales de manera efectiva. Esto incluye iniciar o proponer contactos sexuales cuando queramos y ser capaces de hablar de qué cosas nos gustan, tanto antes como durante o después de una relación sexual.
También implica el poder decir que no, si no queremos tener relaciones sexuales, o si algo no nos gusta o no nos resulta placentero.
Ventajas de la asertividad sexual
El uso de comportamientos agresivos, puede darte lo que quieres a corto plazo, pero van en desmedro de tu relación y de tu satisfacción sexual. Por otro lado, el comportamiento pasivo también puede arruinar las relaciones, porque tus propias necesidades, deseos y sentimientos son ignorados a favor de evitar discusiones, conflictos, sentir culpa o vergüenza.
Las ventajas de utilizar el comportamiento asertivo es que tus necesidades, deseos y sentimientos son más propensos a ser entendidos, ambas partes son más propensas a sentirse respetadas y escuchadas, la relación se ve fortalecida experimentando menos conflictos y discusiones negativas.
Otras ventajas son el aumento de la sensación de control sobre tu propia vida, una mejora en tu confianza/autoestima y aumentar las posibilidades de conseguir lo que realmente quieres. Por ejemplo, con relación a tus necesidades sexuales, potenciando así tu placer y satisfacción.
La asertividad es una habilidad aprendida y como cualquier otra habilidad, requiere tiempo y práctica.
Estas son algunas sugerencias para lograrla:
-Comienza por tomar la decisión de ser asertiv@ en lugar de agresiv@ o pasiv@. El compromiso con el cambio es un gran paso en el proceso de aprendizaje.
-Piensa en una situación reciente donde tus necesidades, deseos o sentimientos no fueron respetados. Imagina que podrías haber hecho diferente, para ser más asertiva o asertivo.
–Practica el hablar de una manera asertiva. Lo puedes hacer sol@, con tu pareja o amig@s. Presta atención a tu lenguaje corporal y a las palabras que dices.
-Respeta los deseos, necesidades y sentimientos de los demás, y acepta que sus puntos de vista pueden ser diferentes a los suyos (igualmente válidos).
–Trata de ver a la otra persona como alguien con quien estás trabajando en equipo, en lugar de en contra. Tú eres responsable de tu propio placer sexual, pero trabajar en equipo para lograrlo, sobre todo en el contexto de las relaciones sexuales, el trabajo en equipo tiende a ser mucho más efectivo.
-Dile a la otra persona honestamente cómo te sientes y qué es lo que te gustaría en términos sexuales, sin hacer acusaciones ni tratar de hacerla sentir culpable.
–Usa un lenguaje asertivo como: ‘Siento…’ ‘Creo que…’, o “Me gustaría que…”y explica exactamente cómo te sientes y/o que necesitas.
-Evita el lenguaje agresivo y palabras como: ‘Siempre…’ “Nunca…” y ‘Tú…’, que culpan al otro e intensifican el conflicto.
–No interrumpas a la otra persona cuando esté hablando. Esfuérzate por escuchar y entender su punto de vista.
-Si el intercambio no resulta bien, puedes aprender de la experiencia y planificar cómo harás las cosas de manera diferente la próxima vez.
Finalmente, todas las personas tenemos gustos, ritmos, valores y deseos sexuales diferentes. La mejor manera comunicarlos a nuestra pareja, es haciéndolo de manera asertiva, sin esperar que la otra persona adivine lo que necesitamos.
La asertividad sexual abre espacios de conexión y nos ayuda a poder experimentar lo que queramos y tener relaciones sexuales más satisfactorias y placenteras.
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