El deseo sexual espontáneo es el que pareciera surgir de la nada. Muchas personas lo experimentan en algún momento de sus vidas, sobre todo al comienzo de una nueva relación.
El deseo receptivo o reactivo tiende a surgir como una respuesta a la excitación. Esto puede hacer que se acceda a participar en alguna práctica sexual desde un estado de relativa neutralidad y que luego el deseo surja en el proceso.
El deseo espontáneo puede surgir en diferentes contextos y en cualquier momento del día. Puede que te identifiques con el deseo espontáneo si:
– Sientes deseo sexual de manera aleatoria a lo largo del día. Mientras contestas una llamada de alguien que te ofrece cambiar tu plan de Internet, en medio del tráfico de la ciudad o cuando estás escribiendo un correo de trabajo.
– Sientes deseo sexual sin estar tendiendo ninguna manifestación física de excitación (como erección o lubricación).
– La mayoría de las veces eres tú quien toma la iniciativa para tener sexo con tu pareja.
El deseo receptivo o reactivo tiende a surgir cuando te excitas mentalmente en respuesta a algún tipo de estímulo mental y/o físico. Puede que te identifiques con el deseo reactivo si:
– Rara vez eres tú quien toma la iniciativa para tener sexo con tu pareja.
– Rara vez piensas en sexo.
– Puede que tengas un recuerdo de una noche de pasión en Constantinopla, estés viendo una escena de sexo en tu serie de turno o te estés dando un beso en la boca con tu pareja y notes que algo comienza a despertarse entre tus piernas. Puede que en ese momento te des cuenta de que tienes “ganas”.
– A veces piensas que podrías vivir sin sexo y tener relaciones, no te llama la atención hasta que las estás teniendo.
– Después de tener relaciones piensas que estuvo rico, pero es como si se te olvidara que sí te gusta hacerlo.
– Pareciera que la situación tuviera que ser «perfecta» como para que te “ganas”. Los niños durmiendo, ni muy tarde ni muy temprano, ni mucho frío ni mucho calor, la habitación ordenada, luz baja, dientes recién lavados, etc.
Todos podemos experimentar ambos tipos de deseo, pero muchas veces tendemos más hacia uno u otro. Por lo general, los hombres tienden al deseo espontáneo y las mujeres al deseo receptivo.
Muchas personas tienden a creer que el deseo espontáneo es mejor o lo normal, porque así es como lo vemos en las películas y otras representaciones. Esto puede hacer que si no sientes ese deseo de la nada, creas que algo anda mal contigo (o con tu relación). Sin embargo, ningún tipo de deseo es mejor o peor que el otro; simplemente son diferentes.
Ambos tipos de deseo son normales y saludables. Conocer sobre tu manera de experimentar el deseo y hablarlo con tu pareja, puede ser una herramienta útil para potenciar tu sexualidad.
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