Para muchas personas, las celebraciones de fin de año y el comienzo de uno nuevo, llevan implícita cierta cuota de esperanza. Después de todo, es el final de una etapa y el comienzo de una nueva. Esto se puede vivir con más o menos optimismo.
Algunos esperan apretar un botón de reinicio, dejar atrás el pasado y comenzar de nuevo. Algunos buscan sentirse renovados. Muchas veces estas mismas esperanzas esconden el miedo de ser una ilusión. Puede que todo siga igual, que mi pareja no cambie, mi relación no mejore y el botón de reinicio solo funcione en mi computador.
¡Pero, hay esperanzas! El inicio de un nuevo año es un buen momento para reflexionar, establecer metas y fortalecer nuestras relaciones. Un reinicio no implica partir desde cero, porque nuestra historia no se borra apretando un botón. Y puede ser bueno que así sea. Hay mucho que podemos aprender desde ahí. Todo lo que ha sido útil en el pasado, todos los obstáculos y problemas que hemos superado, todas las veces en que fuimos el tipo de pareja que anhelamos ser (o estuvimos más cerca de serlo) y todo lo que no queremos seguir viviendo, nos ayuda a seguir avanzando.
Un reinicio realista no es hacer borrón y cuenta nueva. Es crucial ser conscientes del tipo de relación que queremos construir y el tipo de pareja que buscamos ser, para luego hacernos responsables y llevarlo a la acción. Porque como dijo alguna vez Erich Fromm, el amor, más que un sentimiento, es una práctica.
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