Si eres un padre o madre, en plena etapa de crianza, es importante que tomes algunas consideraciones a la hora de abordar la educación sexual.
Revisa estos 4 errores comunes que suelen cometer los padres y madres en esta tarea.
1- Asumir que solo se trata de sexo, genitales o prácticas sexuales
La educación sexual no se trata realmente de sexo o relaciones sexuales. Cuando niñas y niños llegan a la pubertad y luego entran a la adolescencia, puede ser necesario hablar con ellos sobre el sexo, relaciones sexuales o prácticas sexuales.
Pero no es nuestro rol enseñarles el paso a paso de cómo se hace. Nuestro rol va mucho más allá -o más acá- de ser directores técnicos del sexo. Lo importante es transmitirles nuestros valores en relación con la sexualidad, el sexo y las relaciones.
Entonces, la educación sexual es mucho más que enseñarles a sus hijos qué es el sexo. Como padres y madres, generalmente queremos que nuestros hijos crezcan y vivan una vida feliz y significativa.
Si también queremos que tengan una relación sana y que se mantengan felices con su pareja, entonces debemos asegurarnos de que tengan suficientes conocimientos y habilidades de comunicación para que eso suceda.
Y ahí es donde intervenimos con la educación sexual. Por lo tanto, la educación sexual se trata de muchas cosas, pero dentro de sus objetivos centrales es que tengan las habilidades para poder hacer amistades sólidas y tener relaciones amorosas saludables.
Para esto podríamos hablar sobre una amplia gama de temas, como el consentimiento, la seguridad corporal, el reconocimiento de sus sentimientos, el placer y mucho más.
2- Dejarlo en manos de otra persona, del colegio o la escuela.
Algunos padres/madres piensan que pueden dejar la educación sexual en manos de otra persona. Después de todo, puede que a ellos nadie les haya hablado de sexo en su infancia y se las arreglaron de alguna manera.
Pero en algún momento, todos los niños aprenderán sobre sexo. Si no lo aprenden de ti, absorberán mensajes y valores de sus amig@s, la televisión, Internet o revistas. Estos mensajes suelen ser inexactos, engañosos y confusos. Y lo más probable es que los valores que aprendan no sean los valores que tú quieres para ell@s.
Al hacernos cargo, podemos ayudarles a entender toda esa información que recibirán, corregirla y asegurarse de que no tengan ideas incorrectas o dañinas. También sabrán que pueden acudir a nosotros con sus preguntas.
Entonces, uno de los errores más comunes que cometen los padres es asumir que la educación sexual es el trabajo de otra persona.
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3- Pensar que es solo «una charla»
Muchas veces pensamos que la educación sexual no es necesaria hasta el inicio de la pubertad y tenemos en mente el momento de “La Charla”.
Sin embargo, estamos educando en sexualidad desde el día en que nacen y más importante que lo que decimos -o tener una sola charla- es lo que hacemos o dejamos de hacer.
Hablar sobre sexualidad, relaciones y sus emociones es una conversación que dura toda la vida. Esto ayuda a tu hija o hijo a internalizar ciertos valores e información relevante. Mantener conversaciones regulares también envía el mensaje que estos temas son importantes como para que sigan apareciendo.
La vida cotidiana nos entrega muchas oportunidades para hablar sobre la sexualidad y las relaciones. Por ejemplo, cuando algún familiar o amiga, anuncian su embarazo.
Cuando aparecen estereotipos de género en la publicidad, televisión, libros, películas, etc. Cuando escuchamos canciones con temáticas sexuales o de relaciones, etc.
Por eso, hoy sabemos que «una sola charla» no es suficiente. ¿Te imaginas a tus padres hablándote de cómo manejar un auto cuando tenías diez años y luego, cuando tenías 18, dándote las llaves y dejándote manejar? Yo no me subiría contigo a ese auto. Es importante.
La educación sexual implica muchas conversaciones pequeñas y frecuentes que se repiten. En estas podemos hablar de relaciones, emociones, autocuidado, responsabilidad, empatía, placer, cambios físicos, espiritualidad, valores, cultura, etc.
Entonces, uno de los errores más comunes que cometen padres y madres es asumir que la educación sexual es solo una conversación o “la charla” que ocurre en la pubertad.
4- Sentirse incapaz y no hacer nada al respecto
A veces, padres y madres piensan que necesitan saber muchísimo, tener un doctorado y haberse leído todos los libros sobre el tema para ser buenos educadores sexuales, pero solo se necesitan tres cosas para comenzar.
-Una comprensión básica del tema (no es necesario el doctorado)
-Voluntad de iniciar este tipo de conversaciones.
-Saber donde buscar para encontrar las respuestas y los recursos adecuados.
Y créeme que ya sabes más que tu hija o hijo. Es altamente probable que ya has tenido la experiencia de primera mano de pasar por la pubertad, tu primer beso, enamorarte, tener relaciones sexuales, etc.