El domingo fui a ver la película “La Memoria Infinita”. Dado lo que estamos viviendo como familia por la enfermedad de mi mamá, fue una experiencia muy potente. Sumado a eso, me ayudó a ver con claridad algo muy interesante y bonito que quiero compartir contigo.
Hace un tiempo estuve investigando a que nos referimos cuando decimos: «me emocioné». Hay emociones que en general nos resultan fáciles de identificar, sobre todo nuestras emociones básicas. Estas son la alegría, el asco, el miedo, la ira, la tristeza y el miedo. Ninguna de estas describe eso que sentimos cuando experimentamos esa emoción intensa en la que se nos paran los pelos y/o se nos llenan los ojos de lágrimas.
En mi búsqueda me topé con el concepto Kama muta; término que proviene del sánscrito y que significa ‘conmoverse, llenarse de amor o admiración’. Muchas veces he experimentado Kama muta sin quererlo, por ejemplo cuando se me paran los pelos con una película gringa en que el capitán del equipo de futbol americano se pone aplaudir y todos lo siguen ¿Te ha pasado? Y es que así funcionan las emociones. Es algo más que escapa de nuestro control…
Desde el 2016 vengo integrando el trabajo con los valores personales en terapia. ¿Por qué? Porque una vida rica y significativa se crea a través de la acción, pero no cualquier acción; es a través de acciones guiadas y motivadas por nuestros valores. Los valores nos dan dirección en la vida y nos motivan a realizar cambios y esfuerzos importantes. ¿Qué tiene que ver esto con la película o con Kama muta? Cada vez me convenzo más de que el mejor «detector de valores» se llama Kama muta. Funciona mejor que cualquier cuestionario que se pueda aplicar en terapia. Si valoras el amor, la lealtad, la gratitud, la integridad, la convicción, la entrega, la amistad, la belleza, la bondad, la generosidad y nuevamente el amor, esta película es un regalo lleno de Kama muta.
Otras emociones que probablemente has experimentado, pero que no has sabido poner en palabras son:
Crisalismo: La tranquilidad amniótica de estar en el interior de una casa o lugar resguardado durante una tormenta o lluvia intensa. Esta experiencia se ha comparado con lo que sentiríamos al estar en la calidez y protección del útero materno.
Elipsismo: Este sentimiento viene del concepto de omisión. Es un sentimiento de melancolía al darnos cuenta de que no estaremos vivos para presenciar algo relevante del futuro. Por un ejemplo, cuando una persona mayor o enferma toma consciencia al ver a un recién nacido de que no podrá verlo crecer o llegar a ser una persona adulta. Es una especie de FOMO futurista.
Liberosis: La palabra suena más al nombre de una enfermedad que al de un sentimiento, sin embargo, es lo que experimentamos cuando deseamos que nos importen menos las cosas. Es desear retroceder en el tiempo para volver a ser niños y vivir sin grandes preocupaciones ni responsabilidades.
Escrito por @rodrigojarpa
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