¿Te cae bien o mal Arjona? Da lo mismo. Da lo mismo si uno le cree o no al horóscopo, a las canciones, alos poetas… cuando el amor llama, llama. O más bien, cuando una se obsesiona, no hay caso. Mauricio es, y perdónenme la franqueza, un calientasopas. Despierto y zas, whatsapp. Voy llegando al trabajo y me manda una foto de una tele en oferta, porque hace dos días atrás nos reímos de lo mal que se ve Netflix en la mía. Está. Está siempre, dando vueltas. Está para comentar lo que pasa en Bélgica, lo que le pasa a Pampita y lo que va a hacer el fin de semana, que generalmente, me implica.
Y a veces, no está. Y cuando no está, me desespero. porque ya lo dije: quiero que esté. Y su presencia está tan en todas las cosas, que cuando falta, se nota. Demasiado. Si Mauricio fuera un superhéroe, su superpoder sería la presencia. Y mi kriptonita, su ausencia. Perdón, pero el hombre me habla de esas cosas, de monos y superhéroes porque uno de sus hijos está en esa edad. Porque claro, tiene hijos. Y yo, no. Yo tengo ganas de que sea mi pololo, basta de este juego gil en que estoy tanto en tu vida que no hay espacio. Es todo tan raro, que siento que salir a tomarme un trago sola, sería infidelidad. ¿Seré bruta?
Mauricio me habla y yo me imagino de viaje con él, en el Caribe. Mi teléfono suena y lo doy vuelta, para que no vea que tengo una vida donde él todavía no está- Me habla y ya memoricé su olor, la forma en que saluda, cómo entrecierra los ojos cuando le llega de cerca el sol. ¿Es amor? ¿Es obsesión? ¿ES EDIPO?
¿Es normal ser así de ansiosa? ¿Es lógico sentir que quien te tiene cerca, es como el perro del hortelano. no come ni deja comer? ¿Está tan mal él emocionalmente o soy yo, que me creo enfermera o sicóloga de todos los hombres con los que salgo?
¿Me dejaría de gustar Mauricio si de repente se me lanza encima?