Después del numerito en el matrimonio del mal hábito recurrente -léase la turbiedad en la que caí varias veces- estuve pensando en qué estoy haciendo con mi vida. OK, puede ser que la cercanía del 14 de febrero, los corazones, y las declaraciones de amor que se leen en el aire, me tengan melancólica. Pero, antes muerta que sencilla, o depresiva. Por eso, decidí dejarme en claro lo que se puede y lo que no, lo que busco, y lo que quiero, y lo que no voy a volver a permitir.
- Sólo se admitirán solteros que puedan comprobar empíricamente su situación. No más «estoy separándome» o «ella es mi amiga con ventaja hace 7 años, pero te juro que sólo somos amigos». NO MÁS. Se exigirá tres testigos fiables que puedan certificar el estado civil del sujeto.
- No más «yo lo puedo cambiar». Basta de hombres proyecto. No más «es que necesita a alguien al lado que lo ayude a llegar a sus metas». Basta. Nadie debería cambiar porque otro se lo pide o se lo exige.
- Tampoco «es que le tiene miedo a sus sentimientos» como excusa para justificar al que se pone esquivo. No sé cuántas horas de mi vida he pasado pensando en que el hombre está enamorado, pero se aleja por comitofobia. Si está interesado, no se va a escapar.
- Basta de buscar el amor como en las películas. No siempre los obstáculos en la relación son la muestra que esta es una historia por la que vale la pena ir contra viento y marea. No todos viven en «Orgullo y Prejuicio» o «Lo Que El Viento Se Llevó». El amor se construye a diario, estando.
Lo que sí es bienvenido, y con los brazos abiertos:
- Un hombre con humor.
- Que entienda que un poco de locura es aceptable y deseable.
- Dispuesto a equivocarse, a reconocerlo, y a seguir adelante.
- Que no tenga miedo a reconocer lo que siente y decirlo.
- Un hombre que no se pase la vida esperando ser feliz, sino que sepa disfrutar cada momento.
- Que abra -sin caras raras de por medio- otra botella de vino, si la primera se acaba más rápido de lo esperado.
- Un sujeto dispuesto a reírse de su pasado, y no a demonizarlo. ¡Basta de hombres que pelan a la ex!
- Que baile. Mal, bien, más o menos, con coreografías atroces o sólo con las ganas de pasarlo bien. Pero que se lance a la pista.
- Que sea fan de la cucharita, y de vez en cuando, de la sana necesidad de echarse de menos.
- Que esté preocupado sin ser sicópata sobre lo que pasa por la cabeza.
- Que después de una cita perfecta, mande un Whatsapp para seguir conversando.
- Que tenga un mundo propio. Y que tenga ganas de compartirlo.
- Que tenga pequeños gestos, que demuestren que se preocupa.
- Que no saque celos, sino que haga a todas sentirse celosas de cómo trata a su mujer.