El poliamor o las relaciones poliamorosas; consisten en mantener una relación amorosa y duradera de manera simultánea con varias personas, con pleno conocimiento de todos los involucrados.
Algunos medios lo han bautizado «el nuevo romanticismo» y otros definen como «la nueva revolución romántica». Para la Polyamory Society, una organización sin fines de lucro con sede en Washington, se trata de «una filosofía y práctica ética, no posesiva, honesta y responsable, que enfatiza la elección consciente de cuantas parejas uno desee, en lugar de aceptar las normas sociales que dictan que se debe amar a una sola persona por vez».
¿Cómo se vive el poliamor?
Los adeptos al poliamor señalan diferencias entre otras formas de vínculo colectivo como la poligamia, el matrimonio abierto, los swingers y experiencias como el ménage à trois. La poligamia es acerca de un cónyuge con varios consortes, pero donde los integrantes no tienen relaciones entre sí; el matrimonio abierto presume un acuerdo entre la pareja de posibilitar otras relaciones externas no necesariamente identificadas, y el swinging y otras formas de relación sexual múltiple tienen por principal objetivo el placer sexual.
Los poliamorosos, en cambio, afirman que el elemento central de sus relaciones es el amor, y en ese sentido exaltan valores como la fidelidad (entendida en este contexto como el cumplimiento de los compromisos establecidos), la honestidad (opuesta al encubrimiento) y el respeto a cada uno de los integrantes.
No existe una forma única de vivir el poliamor. El concepto es un abanico de posibilidades, en el contexto de relaciones no-monógamas, basadas en el amor, el respeto y el consentimiento.
En el libro de Dossie Easton y Janet Hardy; «La ética promiscua» se plantea la importancia de aclarar que se pretende obtener de otras relaciones y definir límites.
Estudios sobre relaciones alternativas, como, por ejemplo, el realizado por los psicólogos Haymer y Rubin en 1982, coinciden en que no se advirtieron diferencias significativas en la estabilidad marital de parejas monógamas respecto de las poliamorosas. Incluso, cuando se estudiaron las causas de ruptura en este tipo de relaciones, raramente se mencionó la infidelidad como una causa primordial.
Es probable que, a primera vista, la noción del poliamor resulte un tanto chocante para muchos. Tan chocante, seguramente, como comprobar que, de hecho, la mayor parte de las personas no son monógamas en el estricto sentido de la palabra.
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Si quieres saber más sobre el tema escucha “Cómplices, Los Dos” este jueves a las 21:00 horas. Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa
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