Como una oda desprejuiciada a emblemas de la cultura popular, las poleras de bandas de rock (en el sentido más amplio) y de películas como «Star Wars» han cobrado protagonismo dentro de la escena más chic de la moda.
Si bien las poleras de bandas de rock han estado ahí desde siempre, su sentido está renovado al ser una tendencia que emerge desde los aficionados a un público amplio, que no necesariamente lo acoge como símbolo de pertenencia a la fanaticada. Probablemente la más típica y masificada ha sido la icónica lengua de los Rolling Stones.
Una tendencia polémica
Aquí es donde empieza el debate. ¿Tiene sentido que ocupes una polera de Metallica si no eres fan? Todo parece indicar que el uso de estas poleras son adoptadas de una forma irreverente por la moda, que cada vez tiende a rescatar emblemas de la cultura popular, sin connotar su sentido primigenio.
Ha pasado antes
Por ejemplo, con la misma irreverencia con que Jeremy Scott tomó el símbolo de Mc Donalds para transformarlo en una M de Moschino.
Probablemente quienes ocupen su ropa, no necesariamente quieren expresar que aman la cadena de comida rápida, sino algo más sencillo: irreverencia, dejando un halo lúdico a su paso. La moda no tiene por qué ser siempre seria ni tiene que hacer sentido.
¿Cómo tomó vuelo?
Dejando apartada la lengua de los Rolling Stones, el uso masivo de estas poleras se dio con ocasión de festivales urbanos alrededor del mundo. Así, el look festival no se limitó a un recuerdo remoto de Woodstock, sino que empezó a hacer lo suyo al mezclarlo con el look clásico rockero.
¿Cómo se lleva ahora?
Con un revival único de los 90 (que si me preguntan, será ratificado por las pasarelas de septiembre), las poleras no solo de bandas del metal o del grunge vuelven, sino además de otros géneros como las de «Star Wars».
El giro (recuerden que nunca va textual) va en ir desde el look mega urbano y desprolijo a mezclas con trajes de dos piezas y faldas de corte de sastrería.
Es como un rock-chic o, más bien, un pop-chic, que nos recuerda que la moda es un lenguaje con símbolos propios y que puede expresar mensajes tan potentes como el feminismo, que hemos visto hasta el cansancio desde marzo, a otros livianos, dándose licencia de reír para expresar incluso contradicción, sin dar más explicaciones. Después de todo, ese no es el rol de la moda, por algo es considerado más que un arte, un lenguaje.