Cuando las parejas discuten desde la rabia, algunas de las reacciones físicas más comunes son la aceleración del ritmo cardíaco y cambios hormonales. Diversos estudios científicos explican que estas respuestas de nuestro cuerpo estimulan la secreción de adrenalina, que provoca el instinto de ataque o de huida.
Estas reacciones dificultan enormemente cualquier conversación productiva que sea capaz de solucionar un conflicto. Nuestra habilidad para procesar información y la resolución creativa de problemas se ve significativamente afectada. Se potencian nuestras reacciones más animales: atacar (criticar, mostrar desprecio o ponernos a la defensiva) o escapar (evadirnos).
Algunas estrategia efectivas para interrumpir estas dinámicas y regular la expresión de la rabia son:
- DETENERSE. Si la rabia ya está presente, es importante detenerse antes de que siga aumentando, decirle al otro cómo te estás sintiendo y te gustaría retomar la conversación más adelante. Es importante decírselo a tu pareja y no simplemente cortar la discusión de forma unilateral. El «tiempo fuera» debe durar al menos 20 minutos, puesto que es el tiempo que tarda el cuerpo en tranquilizarse (hay parejas que ya lo tienen internalizado y basta con que uno de los dos haga la señal de «tiempo fuera» con las manos). Es fundamental que durante ese lapso de tiempo, hagas algo que te distraiga y no sigas tirándole mas leña al fuego con tus pensamientos. Una forma efectiva de hacerlo, es la que se indica en el siguiente punto.
- ATENDER AL CUERPO. Siéntate en una silla cómoda o túmbate en el suelo y concéntrate en tu respiración. No intentes controlarla y simplemente pon tu atención en ella. Después puedes ir tensando por un par de segundos, uno a uno los músculos del cuerpo y luego relajarlos. Si aparece algún pensamiento relacionado con la discusión, date cuenta de que apareció y vuelve a atender a tu cuerpo o a tu respiración.
- ACEPTA LO QUE ESTÁS SINTIENDO. No intentes evitarlo ni tampoco te auto-reproches. Simplemente observa y date cuenta de lo que estás sintiendo, sin buscar explicaciones que justifiquen tu sentir.
- Repite lentamente en tu mente una palabra o frase que te tranquilice como «tranquilo», «relájate» o «tómalo con calma». He escuchado a pacientes que incluyen algo de humor en sus frases y les resulta aún más efectivo: «sereno moreno», «tranquilo papá», «takeiteasen», etc.
¡Cuéntanos qué técnicas utilizas para calmar la situación! Puedes comentar con nosotros usando el hashtag #ComplicesFMDOS. De esto y más hablaremos este jueves en «Cómplices, Los Dos», de 20:00 a 21:00 horas.
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
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