Así como cada día muchas relaciones comienzan, muchas otras se terminan. En este último caso, es posible suavizar la salida, llegar a decisiones consensuadas y mantener el respeto mutuo. Esto no siempre es fácil y puede requerir una buena cuota de voluntad y esfuerzo.
Como regla general, es recomendable que antes de terminar, reflexiones sobre esta decisión. Por ejemplo, si sientes que estás remando sola y es evidente que tu pareja no va a cambiar aspectos que ya no estás dispuesta a aceptar, estás en la posición de decidir. Y se trata de una decisión difícil; sobre si seguir o terminar con la relación. Algunas preguntas útiles en este punto son:
¿Mi vida en general sería mejor si terminara? Si decido terminar, ¿tengo la tranquilidad de haber hecho lo que más pude por esta relación significativa? Eso que he esperado que mi pareja cambie, ¿es algo que no ha aprendido o es algo que hace con la intención de perjudicarme? Si es algo que puede aprender, ¿estoy dispuesta a seguir esperando y acompañarle en el proceso?
¿Por qué sigo aquí? ¿Por qué insisto en que las cosas sean diferentes? Si la respuesta es por amor, ¿el amor es suficiente? Si solo sigo por amor, ¿voy en la dirección que he elegido para mi vida?
Cómo reflexionar para decidir terminar una relación amorosa
En este punto es importante que reflexiones sobre lo que es mejor para ti y para tu bienestar emocional y mental. Independiente de la opción que estés evaluando, enfócate en lo que vas a ganar más que en lo que vas a perder.
Dar consejos sobre como terminar una relación puede ser complicado porque las rupturas dependen del contexto. Por ejemplo, una recomendación general podría ser no terminar por mensaje de texto. Pero, si mi pareja se ha portado pésimo, está de viaje en el caribe por dos meses y me entero de que se fue con su amante, puede que el mensaje de texto sea una buena opción. Entonces no hay respuestas simples aquí.
Algunas sugerencias -generales- para terminar una relación amorosa de buena manera son:
Tener presente que el separarse o terminar una relación amorosa es un derecho que todas las personas tenemos y que podemos hacer valer. Por lo tanto, aunque no compartamos la opción tomada, es recomendable que respetemos la decisión. Por otro lado, forzar a alguien para seguir juntos -fuera de ser moral o éticamente incorrecto- es bastante poco efectivo.
Por lo general, una vez que se toma la decisión es mejor separarse cuanto antes. Resistirse a lo inevitable puede aumentar los conflictos, lo que va dañando aún más el vínculo.
Culparse a uno mismo o a la otra persona, sin asumir nuestra cuota de responsabilidad, termina aumentando los conflictos y no ayuda a solucionar las diferencias o salir de la relación en paz.
En ningún caso deben mostrarse actitudes destructivas ni tratar de buscar solamente el propio beneficio. Permítete estar triste / enojad@ / molest@, pero no te enfoques en juzgar a o culpar a nadie. Ni a ti ni a la otra persona.
Las personas implicadas en la separación en ocasiones son incapaces de decir «no» ante ciertos requerimientos o situaciones. Muchas veces con la finalidad de evitar más problemas o ganarse la aprobación del otro. Esto puede ser adecuado hasta cierto grado. El límite es cuando el aceptar tales exigencias te limita a ti de manera importante.
Por tu parte, siempre puedes decidir como comportarte, independiente de lo que haga tu pareja. Siempre puedes optar por comportante como el tipo de persona que quieres ser. También puedes optar por aceptar lo que no puedes controlar, dejar de luchar contra ello y seguir avanzando en la dirección que valoras.
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