¿Te estresas en Navidad? Si tu respuesta es afirmativa, te cuento que no estás sol@.
Hay una relación bien documentada entre este período del año y el aumento en el estrés, la ansiedad y la depresión. Sabemos que la Navidad se supone que es un período festivo feliz y alegre. Pero para muchos, la temporada festiva puede ser una fuente de estrés, ansiedad y tristeza.
¿Qué hacer con el estrés navideño?
Dentro de los factores que típicamente se asocian al estrés navideño, encontramos los siguientes:
Estresantes ambientales
Por ejemplo, sentirse apurado y fuera de tiempo con tener que cumplir con numerosos compromisos sociales. Ordenar las tareas del trabajo antes de meterse en modo Navidad. Compra de regalos en centros comerciales altamente concurridos.
Planificación de eventos para Navidad y Año Nuevo. Este último punto puede incluir conflictos a nivel de pareja, relacionados con qué quiere hacer cada uno, con quién pasar las fiestas, a quién regalar y a quién no, qué comer, etc.
Factores de estrés financiero
Por ejemplo, la presión sobre presupuestos ajustados debido a la compra de regalos.
Presiones en las relaciones
Por ejemplo: la “obligación” en algunos casos, a pasar tiempo con los miembros de la familia que normalmente tratarías de evitar.
Sentir que tu pareja no está haciendo ningún esfuerzo importante en lo relativo a los preparativos de Navidad.
Desencadenantes emocionales
Para muchos, Navidad y Año Nuevo se pueden experimentar como un momento de soledad, arrepentimiento o pérdida.
Como esta época del año se centra tradicionalmente en pasar tiempo con amigos cercanos y familiares, si tu sientes que no tienes nadie con quien hacerlo, ello puede conducirte a la tristeza, más que a la felicidad (que parece ser una obligación durante estas fechas).
Hay veces en que estas celebraciones nos llevan a recordar a nuestros seres queridos que ya no están aquí, lo que puede conducir a sentimientos de dolor y pérdida.
¿Qué hacer para manejar mi estrés durante la Navidad y el Año Nuevo?
Los factores estresantes ambientales pueden ser difíciles de manejar, porque gran parte del estrés no está bajo nuestro control. Por ejemplo, el tráfico congestionado y los centros comerciales colapsados, van de la mano con el Viejo Pascuero, y esto no es evitable.
Sin embargo, una buena recomendación es poner esfuerzo en la planificación y gestión del tiempo. Cuanto más planifiquemos nuestras actividades como compras de regalos, comestibles y eventos navideños, menos estresantes serán. La planificación también implica la asignación de tareas a diferentes personas, para compartir la carga.
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Los factores de estrés financiero se pueden gestionar estableciendo un presupuesto en todas las actividades, incluidos regalos, eventos y días festivos. Si puedes, acuerda con familiares y amigos para establecer un límite en el costo de los regalos.
Si estás organizando un evento, puedes sugerir que todos ‘traigan un plato’ (con comida idealmente). Además, es importante decir «no» a determinados eventos o situaciones si se escapan de nuestro presupuesto.
¿Cómo manejar las presiones de las relaciones?
Las familias pueden ser complicadas… a veces Navidad y Año Nuevo significa que tienes que pasar tiempo con personas con las que normalmente no elegirías hacerlo.
Esto puede ser “inevitable”, pero hay algunas estrategias que puedes usar para reducir el estrés de tener que socializar con personas con las que no quieres estar.
Antes de ir a un evento familiar, pesca una botella de dos litros de cola de mono y…. ¡No! Eso no es lo que quería decir.
Antes de ir a un evento familiar, ten en cuenta los temas sobre los que sabes que debes mantenerte alejad@, para reducir la probabilidad de conflicto. Por ejemplo, si el dinero, la política, la religión o la historia familiar son temas que pueden calentarse, asegúrate de evitarlos deliberadamente.
Habla con tu pareja, un amig@ o familiar de confianza que asiste al evento, sobre la tensión que tienes con esa persona determinada, y pídele que te ayude (es posible que necesites «rescate» en algunos casos, para reducir la tensión).
«Ser consciente»
El período de Navidad y Año Nuevo puede desencadenar dificultades emocionales asociadas con la soledad, el dolor o la pérdida. Es importante ser consciente de nuestros propios gatillantes emocionales, y tener algunas estrategias para manejarlos.
Por ejemplo, hablar con alguien sobre cómo te sientes, escribir sobre qué pasa por tu mente y qué estás sintiendo, tener algún rito que recuerde y de un espacio a alguien que ya no está (por ejemplo, honrando su memoria continuando alguna tradición que esa persona disfrutaba), planificar actividades para ti mism@ que sean de tu agrado, etc.
Por último, pero no menos importante, puede ser de gran utilidad reconocer el estrés y las emociones dolorosas cuando aparecen y darnos cuenta de que al igual que la pandemia, también van a pasar. Por suerte lo que sentimos dura mucho menos que el COVID.
Independiente de la emoción del momento, conectar con que es lo realmente importante para nosotros en estas fechas y hacer lo necesario que vaya en esa dirección, puede ser de tremenda ayuda.
¡Te deseo la mejor Navidad y Año Nuevo que tú quieras tener!
Si quieres saber más sobre el tema escucha “Cómplices, Los Dos” todos los jueves a las 20:00 horas.
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa
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