Confieso que llevo años amando. De esa forma que sale sin control, sin medida, sin filtro. De ese que te mueve, emociona, y enorgullece. Por años fue mi amor platónico: luego fue un coqueteo y al fin, se concretó. Hemos tenido idas y vueltas. Pero el amor late y se siente contra toda racionalidad. A veces se siente como el momento de dejar partir, de separarse. Pero es más fuerte. Se siente y se disfruta. Ese amor de siempre es para mi, mi radio FMDOS.
Partimos coqueteando de forma oculta: estaba en las memorias de mi auto y cuando quería cantar, ponía el 98.5 bien fuerte y cantaba. Sí, me hacía la rockera y la indie, pero mi verdadera compañía era la que le cantaba a mi corazón. Escuchaba las etapas de mi vida hechas canción. Y era mía, pero en secreto. Después me atreví a decirlo y me di cuenta que éramos muchas las que cantábamos con ella. Desde lejos, la amaba. Le tenía ganas: fantaseaba con ser parte de ese equipo, que sonaba además como la pega soñada: escuchar canciones, hablar de amor, acompañar desde ese lugar calientito del dial, donde las emociones fluyen.
Con orgullo digo que llegué a estar con mi amor platónico. La FMDOS es tan parte de mi vida. Está tejida con mi historia: mis hijas llegaron dentro de mi a ser parte. Se han criado en esos estudios. Y llegaron a salir al aire con el podcast “Querida Fátima”.
No sé cuántas personas pueden decir que aman su trabajo. Que sienten alegría y mariposas en la guata cuando llegan a su lugar. Yo soy una orgullosa mujer de corazón morado. Amo escuchar la frase al aire “porque tú y yo somos dos”. Es mi memoria número uno. Es mi radio.
Y amo poder decirlo: son años que no se sienten. Siento el mismo amor que el primer día: sus canciones son mis amores y mi vida no sería la misma sin esta banda sonora que además, nunca deja de sorprenderme. El amor es así: cada día, una sonrisa.
Feliz cumpleaños, radio de mis amores.