Agosto, mes de los gatos. Mes de culpar a la hormona. Mes de salir a maullar y ver si hay algún efecto entre el sexo opuesto. Agosto, mes de los gatos. mes de sentirse independientes, libres, hormonales, sin culpas y en época de apareamiento. Agosto es una excelente excusa. Los aromos florecen. Las magnolias ya muestran sus flores blancas y moradas se toman las calles y avisan que se viene la primavera, incluso, en la mitad de avenida Los Leones.
Si las flores florecen… si faltan 47 días para el 18 de septiembre, es porque la excusa de lo más animal anda dando vueltas por el aire. El instinto de emparejarse es propio de estos días. De alguna forma, la naturaleza nos dice que debemos atrevernos a salir y jugar y probar. Más se perdió en la guerra. Y mi tema con Mauricio es que es un gato de chalet. No diría que castrado, sino de los que quieren estar siempre acostados, con alguien rindiéndoles culto y pleitesía, y ellos, pidiendo que se les agradezca que existan.
Agosto me regaló la excusa de decir «no más». Porque podría estar eternamente al lado de Mauricio, y tener con quien hacer cucharita, pero sabiendo que no hay ninguna posibilidad de avanzar. Los árboles florecen, los gatos se lanzan a las calles en las noches a gozar y sufrir. Y yo, cada noche, pienso que quiero más. Y quizás esta etapa del año, me regala la oportunidad de cerrar una etapa que fue conformidad, obsesión, tranquilidad y estabilidad, que no está funcionando.
Dicho lo anterior, me retiro a terminar con Mauricio.