Cada persona es responsable de su propio placer sexual. Esto se relaciona -en parte- con saber lo que uno quiere y la capacidad de hacer valer nuestras elecciones. La responsabilidad también es un privilegio que nos empodera.
Para hacernos responsables de nuestro placer sexual, es importante establecer primero nuestros propios principios y valores que enmarcan nuestra identidad sexual.
Estas son 6 sugerencias para hacerte responsable de tu placer sexual:
1. Consentir el consentimiento
El consentimiento es un derecho humano. Es nuestra capacidad para decir con entusiasmo que sí. Y también es la capacidad de decir que no, tal vez, no ahora, más tarde, o nunca. El consentimiento comienza con nosotros como individuos. Si decimos que no podemos decirnos que no a nosotr@s mism@s, ¿cómo podemos decirle que sí con entusiasmo a nuestra(s) pareja(s)?
2. No a la explotación
Esto implica no aprovecharnos de otras personas para nuestro beneficio egocéntrico, así como tampoco permitir que lo hagan con nosotros. Para esto hay algunas preguntas que pueden ser de utilidad:
¿Mi pareja me escucha y me comprende cuando le expreso mis sentimientos?
¿Estoy siendo considerad@ por mi pareja?
¿Mi pareja está tomando decisiones importantes y significativas por mí sin consultarme?
Por otro lado, Cuando tomo decisiones (sexuales), ¿es para mi exclusivo beneficio?
¿Estoy teniendo sexo con mi pareja sin considerar sus motivaciones y preferencias?
¿Estoy presionando o tratando de que haga algo aunque haya dicho lo contrario? En otras palabras, ¿estoy pensando que: «tal vez si sigo adelante, cambiará de opinión»?
Revisa: ¿Qué dicen tus besos de tu satisfacción sexual?
3. Sí a la honestidad
La comunicación clara y la honestidad son fundamentales. Para esto es importante comunicarse de manera asertiva, cuidando la relación.
La honestidad también parte por casa, por lo tanto es importante que reflexionemos primero si estamos siendo honest@s con nosotr@s mism@s respecto a nuestros deseos y necesidades. Una pregunta clave es ¿cuando le estoy diciendo que sí a mi pareja, me estoy diciendo que no a mi mism@?
4. Identificar los valores compartidos
En tus relaciones sexuales y/o íntimas, ¿tú y tu pareja comparten los mismos valores y visión sobre lo que quieren de un encuentro sexual o experiencia íntima? ¿Están lo suficientemente alineados? Si uno busca A y el otro Z, se podrían estar creando un problema.
5. Protégete de ITS, VIH y embarazos no deseados
Esto es parte de hacerte responsable de tu salud sexual y contribuir a la salud sexual de otr@s. Al hacer lo último, también contribuyes a tu propio bienestar, por ejemplo en el caso de las ITS.
6. Placer sin presiones
Si podemos pasar del sexo de centrado en objetivos (excitación, penetración, duración, frecuencia, orgasmos) al sexo centrado en el placer -tanto físico como emocional-, podemos resolver muchas disfunciones sexuales y conflictos. Nuestras experiencias de placer son subjetivas e individuales. Lo que me gusta a mí, puede que no sea lo que le gusta a mi pareja, y eso está bien.
Cuanto más sacrifiquemos nuestros propios principios, valores y necesidades, más perderemos nuestra identidad y bienestar. Lo que nos importa profundamente se vuelve secundario y puede llevarnos a sentirnos emocional y psicológicamente desestabilizad@s y frustrad@s.
El hacernos responsables implica estar dispust@s a escucharnos, comprendernos y validarnos, antes de tomar una decisión sobre un objetivo compartido.