¿Has escuchado hablar del autocuidado? Este concepto se relaciona justamente con cuidar de nosotr@s mism@s y con fortalecer o restablecer la salud y prevenir la enfermedad.
Se refiere a prácticas cotidianas o destrezas que puedes aprender a lo largo de la vida y que influyen positivamente en ti, protegiendo tu salud y potenciando tu bienestar físico y mental.
Estas son algunas sugerencias para cuidar de nosotr@s mism@s:
Ser proactiv@ más que reactiv@
Cuando somos proactiv@s con el autocuidado, regularmente buscamos tiempos, espacios y actividades para cuidar de nosotr@s mism@s. De esta forma lo vamos internalizando como un hábito. Esto es distinto a esperar hasta que estemos colapsad@s, estresad@s o enferm@s para tomar cartas en el asunto. Cuando practicamos el autocuidado de forma consistente, las situaciones de crisis son más manejables y es menos probable que colapsemos o nos enfermemos.
El autocuidado es distinto para cada persona
Lo que yo hago como forma de cultivar mi autocuidado, puede que no sea de ayuda para ti y viceversa. Por ejemplo, para una persona extrovertida, que se relaja con la compañía de más gente, parte de su autocuidado puede ser salir y compartir con un grupo de amig@s. Sin embargo, para una persona introvertida, esto puede no ser de tanta ayuda, como darse un tiempo para estar sol@ y sumergirse en la lectura de un buen libro. Por eso es importante que cada persona descubra que le resulta útil, más que seguir “recetas universales” que, en este caso, pueden resultar contraproducentes.
El autocuidado implica poner límites
Es importante aprender a poner límites respecto a nuestro tiempo y a nuestras propias necesidades. Aprender a decir que “no” puede reportarnos muchos más beneficios que decir siempre que sí y (intentar o pretender) quedar bien con todo el mundo. Al hacerlo de forma asertiva podemos explicar que es una forma de cuidarnos a nosotros mismos. Mientras más establezcamos estos límites sanos, por lo general las personas serán más respetuosas de nuestro tiempo. Junto a esto, estaremos predicando con un buen ejemplo a nuestros seres queridos y personas cercanas.
Escribirlo puede ayudar
Tomarte un tiempo para hacer una lista de actividades o intereses que te relajan y aportan energía puede ser de gran utilidad. Esta lista puede incluir por ejemplo hacer deporte, leer, escuchar música, meditar, pasear al perro, ir al cine con tu pareja, salir con tus amig@s, etc. Si junto con escribir la actividad, agregas la información sobre cuando, donde y con quien hacerla, te puede ayudar a concretarla y a que no solo quede escrita en un papel. El tener estrategias de autocuidado a mano, puede ayudarte rápidamente a reducir tus niveles de estrés.
El buen autocuidado implica práctica, práctica, práctica
Lo ideal es que las actividades de autocuidado se internalicen como habito. Para esto es fundamental la disciplina y la repetición. Es importante que hagas ciencia contigo mism@ y que compruebes en base a la experiencia que actividades te sirven más a ti y que esas que funcionan, las repitas en el tiempo.
¿Qué opinas tú? Recuerda que puedes comentar con nosotros usando el hashtag #ComplicesFMDOS. De esto y más hablaremos este jueves en “Cómplices, Los Dos”, de 21:00 a 22:00 horas.
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa
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