Es casi imposible pensar en relaciones románticas sin pensar en el sexo. Independiente de si es mucho, poco, moderado o inexistente.
El sexo es de hecho una parte fundamental de las relaciones íntimas: puede ser una fuente de placer, satisfacción y de conexión emocional con la pareja.
Además, le podemos sumar una serie de beneficios para la salud (décadas de investigación indican que puede reducir el estrés, mejorar la salud cardiovascular y extender nuestra esperanza de vida general).
Sin embargo, a nivel general, las parejas casadas o en relaciones estables y de largo plazo, independiente de su genero, raza, región geográfica y nivel educativo, están teniendo menos sexo por año que las parejas de los años 90, 2000 y 2010.
Cuatro obstáculos sexuales
Estas son algunas de las razones de por qué podría está ocurriendo esto y algunas sugerencias sobre qué hacer al respecto:
1- Falta de tiempo en la “sociedad del cansancio”
Puede que no sea una sorpresa saber que una de las principales razones por las que las personas reportan tener relaciones sexuales con menos frecuencia de lo que les gustaría, es debido a la falta de tiempo.
Cuando finalmente nos acostamos en la cama por la noche, a veces estamos demasiado cansados para reunir la energía para cualquier otra cosa que no sea dormir.
Si miramos las estadísticas, resulta que en realidad estamos pasando más tiempo en el trabajo y en la crianza de nuestros hijos que en generaciones pasadas. Si lo piensas, tiene sentido.
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Es más normal que nunca en la historia que las mujeres tengan un trabajo o una carrera fuera del hogar. A medida que los trabajos se vuelven más competitivos y las empresas buscan ahorrar dinero, las demandas en el trabajo aumentan exponencialmente.
Si lo juntas, no solo es probable que tú y tu pareja tengan menos tiempo en casa, sino que podrías tener más tareas de que ocuparte cuando finalmente llegues a tu hogar.
Con la crianza, también podemos entender el reciente aumento de la demanda. Las horas que tus abuelos pasaron criando a tus padres probablemente fueron menores. La escuela era menos competitiva; no había «tiempo de pantalla» para gestionar y patrullar y el tiempo de juego se pasaba generalmente al aire libre.
Gracias al auge de la tecnología y el mayor énfasis en el bienestar y la seguridad, pasamos más horas cada día asegurándonos de que nuestros hijos terminen sus tareas, coman suficientes alimentos nutritivos, se diviertan y jueguen.
Entonces, ¿de dónde sacamos estas horas extras en el día? Lamentablemente, muchas veces las estamos sacando de nuestras relaciones. Tenemos menos tiempo solos, menos tiempo para tener una conversación significativa e íntima, y menos tiempo para conectar físicamente.
Si bien no hay una solución fácil, tener una mejor comprensión y empatía de dónde se gasta el tiempo puede ser un buen primer paso. A veces está bien el permitirnos estar demasiado cansados.
Un segundo paso puede ser hablar de esto con la pareja. Planificar y dejar tiempos y espacios exclusivos para ustedes puede ser de gran utilidad.
Si tu relación de pareja es importante, también debiese ser prioritario el buscar esos tiempos y espacios de calidad.
2- La división de las tareas en el hogar
En las relaciones entre personas de distinto sexo, las tareas domésticas tienden a recaer desproporcionadamente en las mujeres. Había una vez, en que esto era beneficioso para la intimidad física de las parejas.
En los años 80 e incluso 90s, las parejas que dividían las tareas domésticas basadas en los roles tradicionales de género (mujeres: compras, cocina, limpieza; hombres: pagar cuentas, conducir, mantenimiento del pasto…) informaron tener relaciones sexuales más frecuentes.
Afortunadamente, los tiempos han cambiado. En la década de 2000, 2010, y ahora en 2020, son bastante mas difusas las líneas entre las tareas «masculinas» y «femeninas». Podemos sentirnos más iguales a nuestras parejas del sexo opuesto y, como resultado, sentimos que la división del trabajo en la relación es más justa.
Una buena noticia es que cuando experimentamos más igualdad en nuestras relaciones, nos sentimos más conectados con nuestras parejas, más atraídos y somos más activos sexualmente.
Observa la división de las tareas domésticas en tu relación. Podría explicar por qué has estado sintiendo que tu vida sexual se ha ralentizado.
3- Consumo de pornografía
Este tipo de material ha sido parte de la historia humana. Pero Internet lo ha hecho fácilmente accesible, inmediatamente disponible y gratuito.
Hay una gran cantidad de investigación en curso sobre los efectos del uso del porno en el bienestar de las relaciones. En resumen, tiene sus pros y contras.
Con el uso frecuente de pornografía, nuestras expectativas sobre cómo se ve el «sexo normal» son propensas a cambiar.
Es demasiado fácil olvidar que las personas que se ven en la pantalla representan estándares de belleza poco realistas, están fuertemente editadas y coreografiadas, y están actuando para la cámara. Si no tenemos en cuenta esos hechos importantes, ver pornografía puede hacer que la intimidad con tu pareja se sienta deslucida.
A través de la investigación, sabemos que los hombres heterosexuales que ven porno con más frecuencia tienden a reportar una menor satisfacción de la relación con sus parejas femeninas en comparación con los hombres que ven porno con menos frecuencia.
Y a través de los géneros, el uso frecuente del porno individual puede hacer sentir menos compromiso con nuestra pareja a medida que nos visualizamos con otras personas en la fantasía. No te asustes, el viejo adagio todavía se aplica aquí: todo con moderación no te hará daño.
Ahora, ¿cuáles son los beneficios? Muchos de los aspectos negativos del uso del porno se centran en el consumo individual, es decir, el porno que se ve solo, sin la pareja.
Hay evidencia de parejas que usan porno juntos en sus relaciones, que reportan más satisfacción con sus vidas sexuales que las parejas que usan el porno por su cuenta.
Las parejas que están abiertas a usar la pornografía juntos serían más propensas a comunicarse abiertamente sobre sus deseos sexuales, necesidades e intereses.
Mejor comunicación sexual = sexo más satisfactorio, y sexo más satisfactorio = mayor deseo. Ver porno juntos sólo ayudará si es algo que ambos están interesados en experimentar.
4- Comunicar nuestras necesidades
El último obstáculo es comunicar nuestras necesidades sexuales. Algunas parejas no tienen ningún problema en compartir abiertamente sus necesidades y deseos en la cama; otras parejas pueden encontrar absolutamente aterrador hablar de sexo. «¿Qué pensará mi pareja?» «¿Me juzgarán?».
Es inevitable que tú y tu pareja, sin importar cuán sexualmente compatibles sean, pasen por momentos en los que solo uno de ustedes esté con “ganas”.
O tal vez el tipo de actividad sexual que uno quiera practicar en un momento dado, puede ser diferente a lo que quiere el otro. Eso es perfectamente normal.
Todos tenemos diferentes necesidades y deseos en diferentes momentos. Cuando esto ocurre, tenemos la libertad de elegir. Podemos elegir involucrarnos a pesar de nuestra falta de interés inicial o podemos elegir honrar nuestras propias necesidades y rechazar el avance sexual de nuestra pareja. Puede ser difícil encontrar la manera correcta de «rechazar» la iniciativa del otro.
Si te preocupa herir sus sentimientos o incitar a un conflicto en la relación, prueba «estrategias de rechazo positivo»; como decirle a tu pareja que la quieres, que te gusta y/o que disfrutas el sexo con el o ella, pero que simplemente no estás de humor.
Y hablando de humor, este también puede ser un tremendo aliado para lidiar con estas situaciones de manera cuidadosa. Incluso hay investigaciones que demuestran que el rechazo sexual positivo en las relaciones, puede conducir a una mejor satisfacción sexual.
Si quieres saber más sobre el tema escucha “Cómplices, Los Dos” todos los jueves a las 20:00 horas.
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa
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