Una de las verdades incuestionables y universalmente valida de la comunicación humana, es que siempre estamos comunicando. Algo muy similar ocurre con la educación; como padres, madres, profesores, cuidadores, etc siempre estamos educando a nuestr@s “pupil@s”.
Educamos con lo que decimos y con lo que callamos, pero también con lo que hacemos y con lo que dejamos de hacer. Aquí hay 4 errores muy frecuentes, que cometemos incluso los padres y madres mejor intencionados
Usar el castigo sin enseñar
El objetivo último de la disciplina no debiese ser de que cada “infracción” tenga su correspondiente castigo. Hay veces que el uso del castigo o lo amenaza de castigo (“si sigues haciendo eso te vas a quedar una semana sin ver monos”) pueden detener la conducta indeseada, pero no generan una enseñanza en el largo plazo. Puede ser de gran utilidad el preguntarnos cuál es nuestra verdadera finalidad y luego buscar una manera distinta al castigo para transmitir nuestra lección o enseñanza. A su vez, es importante considerar el hecho de que al disciplinar a nuestr@s hij@s, no tenemos por qué ser “duros” o poco afectuosos, sino que lo podemos hacer de forma cálida y afectuosa. Lo central es poder combinar los límites claros y coherentes con la empatía afectuosa.
Hablar demasiado
Cuando l@s niñ@s están siendo reactivos, “mañosos” y con dificultad para escucharnos, muchas veces resulta más efectivo el quedarnos callados o al menos, no hablar mucho o sermonearlos. Si hablamos demasiado cuando están alterados, es probable que resulte ser contraproducente, ya que los estamos bombardeando con mas estímulos, en un contexto en el que ya les está resultando difícil lidiar con la situación del momento. En vez de eso, es mejor usar el lenguaje no verbal, conectando con ellos, por ejemplo, abrazándolos, masajeándoles suavemente la espalda, sonriendo u ofreciendo expresiones faciales empáticas. Una vez que comiencen a clamarse y estén más preparados para escuchar, podemos redirigir introduciendo las palabras y abordando la situación desde lo verbal.
Centrarnos más en qué decir y no tanto en cómo lo decimos
Cuando hablamos con l@s niñ@s es importante lo que les decimos, pero el cómo se lo decimos es tanto o más importante. Aunque muchas veces no resulte fácil, es recomendable que mantengamos la intensión de ser amables, respetuosos y afectivos al comunicarnos con ellos. Y repito: sé que muchas veces no es fácil, pero la practica hace al maestro y no hay que ser el Dalai Lama para lograrlo. Esto se relaciona con la inteligencia emocional y es algo que podemos aprender y cultivar.
Invalidar las emociones
Cuando sentimos una determinada emoción, escapa a nuestro control o voluntad el dejar de sentirla. Esto no quiere decir que no podamos aprender a regular la expresión de dicha emoción. Por ejemplo, si un auto me hace una encerrona en la calle, puedo bajarme y romperle el vidrio (reacción impulsiva) o, regular la emoción y responder de una forma más adaptativa. Todas las emociones que experimentamos son válidas, legítimas y tienen un sentido. Dicho esto, podemos entender la validación emocional, como el comunicarle a otro que sus respuestas emocionales tienen sentido y son comprensibles en el contexto y la historia de esa persona. Esto implica identificar la emoción del otro y aceptarla, sin trivializarla o enjuiciarla. Es importante aceptar y validad nuestra propia incomodidad o anisedad ante el malestar del otro, sin que esto nos precipite a intentar hacer algo para que el otro deje de sentirse así. En este sentido, es recomendable evitar comentarios del tipo: no es para tanto, no te pongas así por tonteras, no te preocupes, no vale la pena bajonearse por este tipo de cosas, etc.
¿Qué opinas tú? Recuerda que puedes comentar con nosotros usando el hashtag #ComplicesFMDOS. De esto y más hablaremos este jueves en “Cómplices, Los Dos”, de 21:00 a 22:00 horas.
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa
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