Para muchas personas, la intimidad emocional es difícil. Nuestra capacidad para lograrla, puede verse potenciada o reducida por lo que traemos de nuestra familia de origen. Sin embargo, lo importante ahora es si tomamos o no el sartén por el mango y de paso, aprovechamos sus beneficios.
El terapeuta David Schnarch decía que la intimidad no es para las mentalidades de las víctimas, los fanáticos del control, los estancados perpetuamente o cualquier otro habitante del extremo superficial de las relaciones.
John Gottman por su parte, afirma que la intimidad emocional se construye mejor con la práctica intencional.
Estas son 3 sugerencias o “trucos” para lograrla:
Mírense fijamente a los ojos
Para hacerlo pueden poner un temporizador de 3 minutos. Siéntese cara a cara con una distancia de 10 a 20 centímetros.
Cierren los ojos, respiren profundamente 3 veces y abran lentamente los ojos. En la última exhalación encuentra la mirada de tu pareja.
Mira primero en el ojo izquierdo de tu pareja y luego en ambos ojos.
Es importante no hablar, pero si parpadear como lo hacen normalmente.
Podrías notar que surge cierta incomodidad, sentimientos de vulnerabilidad o, incluso, algunos pensamientos ansiosos o intrusivos. Estos son solo visitantes no deseados. Obsérvalos, pero no trates de evitarlos o hacer que desaparezcan. Es muy probable que así, estos sentimientos se convertirán silenciosamente en una cálida familiaridad. Tus ojos y músculos faciales se suavizarán a medida que te relajes en la mirada de tu pareja.
La neurociencia nos dice que mirar a los ojos de nuestra pareja, es una forma efectiva de liberar oxitocina en el cerebro. La investigación sobre este tipo de contacto visual ha demostrado que promueve la confianza y la empatía.
Si practican este ritual durante 3 minutos al día por 30 días, estarán haciendo una inversión importante en dosis regulares de oxitocina.
Puede que no sea fácil (sobre todo las primeras veces), sin embargo los beneficios son profundos.
La oxitocina nos hace sentir cálidos, conectados, seguros y amados. Se libera en el cuerpo para calmar y aliviar el estrés. Esto calma y estabiliza nuestro sistema nervioso de una manera profunda, utilizando la propia medicina de la naturaleza. El esfuerzo intencional tiene sus recompensas.
Abrácense hasta relajarse
Este ejercicio requiere de cuatro frases:
1. Pónganse de pie con la columna erguida (no cargues tu peso en tu pareja).
2. Pongan sus brazos alrededor del otro.
3. Pongan atención y consciencia en ustedes mismos.
4. Relájense, cada vez más profundamente. No te hagas responsable del relajo de tu pareja. A medida que tú te relajas, tu pareja se irá relajando también.
Muchas parejas se abrazan brevemente y sin pensar. Desafortunadamente, demasiados abrazos son demasiado cortos y superficiales. La idea de este ejercicio es pasar por la incomodidad, por el impulso de dejar de abrazarse, por los pensamientos de lo que tienes que ir a hacer o tal vez de que te estás excitando mientras lo haces.
Lo importante es navegar con paciencia por todas esas interferencias hasta que ambos logren relajarse.
Usa tus sentidos. ¿Qué transmite cada sentido? Qué ves, qué escuchas, qué sientes, qué hueles…
Los primeros 2 minutos pueden ser tensos e incómodos para algunas personas.
La oxitocina se liberará en tu torrente sanguíneo después de haber estado abrazando durante unos 20 segundos.
Revisa: ¿Cuánto sexo es normal o saludable en una relación de pareja?
El beso de 6 segundos (o más)
Un factor clave son los rituales de conexión para construir y mantener la intimidad emocional.
El beso de 6 segundos aprovecha y recluta la poderosa neuroquímica del beso. Besar libera una poderosa bomba química en el torrente sanguíneo.
Primero, la oxitocina, los inspira a ambos a sentirse cercanos y conectados emocionalmente.
La dopamina -la sustancia química de la búsqueda del placer y la motivación hacia el placer- llega a continuación al sistema nervioso.
Inmediatamente después de la dopamina, la epinefrina y la norepinefrina entran en acción.
A medida que el beso se prolonga, el estrés desaparece mientras que desciende la presión arterial. Esto se debe a que el beso de 6 segundos en realidad puede reducir tus niveles de cortisol.
Las parejas que se besan con frecuencia tienden a ser más felices y más conectadas emocionalmente.
Un beso así dice: te veo, me ves, estamos aquí tomándonos 6 segundos para apreciar y reconocer nuestra conexión emocional.