Los mitos y las creencias o ideas limitantes relacionadas con el sexo abundan y más aún si hablamos de sexualidad femenina. El problema es cuando algunas de estas ideas, por haberlas escuchado 1000 veces, nos terminan jugando en contra o restando libertad. Algunas de estas son:
La penetración es esencial (si no hay penetración no es sexo)
En relaciones heterosexuales, solo un 25% de las mujeres son consistentemente orgásmicas durante la penetración vaginal. Esto se repite…solo un cuarto de las mujeres tiene orgasmo en el 100% de las relaciones coitales, sin importar la duración de esta, ni el tamaño del pene de su pareja y sin importar como ella se sienta respecto a él o a la relación. Lo anterior podría dar cuenta de porque tantas mujeres en relaciones con otras mujeres, reportan mayor frecuencia de orgasmos que sus congéneres heterosexuales.
Las mujeres se llevan mejor con la monogamia que los hombres
Al parecer nos sirve pensar esto y promover la idea, como una forma de control. Pero la idea de que el eros de las mujeres está mejor hecho para la monogamia que el de los hombres, pareciera no ser tan así. En un estudio alemán realizado el 2006 con 2.500 parejas, se concluyó que las mujeres en relaciones monógamas, se aburren sexualmente más rápido que los hombres. El 2012 se realiza un estudio similar en Canadá y se confirma lo recién expuesto.
¿Orgasmo vaginal o clitorideo?
Ante esta pregunta, la mejor respuesta es: ¡Orgasmo! Esta distinción/confusión, viene desde el psicoanálisis y su modelo de desarrollo psicosexual, donde se plantea que la mujer tiene dos zonas erógenas principales; el clítoris y la vagina. El clítoris está muy erotizado durante el período infantil del desarrollo, y durante o después de la pubertad debe darse una transición hacia el erotismo vaginal. Freud y sus discípulos lo veían como representante central de la sexualidad infantil.
Así en las mujeres adultas el orgasmo vaginal sería asociado a la normalidad y el clitoridiano a la inmadurez, a la neurosis o a la patología. Actualmente sabemos que ambas situaciones son absolutamente normales. El cuerpo entero por su parte puede ser considerado como una gran zona erógena, así por ejemplo hay mujeres que pueden llegar al orgasmo mientras su pareja les chupa el lóbulo de la oreja y en ese caso no hablaremos de orgasmo de oreja u orejal, sino simplemente de orgasmo. Este dato es importante: 70% de las mujeres aproximadamente además de la penetración necesitan ser estimuladas en la zona del clítoris y no por esto son anormales o presentan patología.
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Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa
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