Como sexólogo, he aprendido mucho sobre lo que hace que el sexo sea placentero. Pero también sobre lo que influye negativamente, las dificultades comunes y por qué algunas personas sienten que ni siquiera vale la pena intentarlo.
Algunas cuestiones básicas que pueden transformar el sexo en algo a evitar, en lugar de un espacio de placer y conexión, incluyen la falta de confianza, el desagrado hacia tu cuerpo (o alguna parte de él), sentir ansiedad, presión o culpa.
Sin embargo, con frecuencia, las dificultades sexuales se mantienen por la dinámica en la pareja y se transforman en problemas.
Por qué tenemos que hablar de sexo
Teóricamente, cuando una persona expresa una preocupación respecto al sexo, la otra escucharla de manera empática. Validando cómo se siente y podrían conversar sobre lo que le genera inseguridad, ansiedad o vergüenza y buscar soluciones. Esto podría ser suficiente para superar algunas dificultades y de paso mejorar la conexión.
Pero muchas veces, eso no es lo que ocurre. Una persona podría tener algo que le inseguriza, por ejemplo, alguna parte de su cuerpo que no le gusta, y la otra persona podría aumentar esa inseguridad con su silencio, o peor aún, diciéndole algo como: «Sí, a mí tampoco me gusta esa parte de tu cuerpo».
En situaciones donde una persona no encuentra atractiva una parte del cuerpo de su pareja, es crucial abordar el tema con sensibilidad y respeto. La honestidad sigue siendo importante, pero debe ir acompañada de empatía. En lugar de criticar, es mejor enfocarse en los aspectos positivos y trabajar juntos para encontrar formas de aumentar la intimidad y la conexión emocional. Esto puede implicar explorar otras formas de intimidad, comunicar las preferencias y necesidades de manera abierta, y buscar maneras de apoyarse mutuamente en la construcción de una imagen corporal positiva.
La mejor respuesta frente a estas situaciones es comunicarse abierta y honestamente sobre sus inseguridades y preocupaciones sexuales. En lugar de promover o potenciar ideas negativas sobre el sexo o los cuerpos, es mejor validar como cada uno se siente, pero no reforzar sus inseguridades.
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