Por Paula Hormazábal.
Cuando una mujer termina con su pareja, en ocasiones le cuesta desvincularse del recuerdo. Pero cuidado, no del recuerdo del otro, ni de los momentos felices, sino que queda “amarrada» a quién fue en ese periodo.
Si bien cuando estamos en una relación todos actuamos, somos y sentimos en función de ese vínculo, debemos tener claro que cuando éste se acaba, se terminará también esa parte de nosotras. Cuando no comprendemos esto, seguiremos añorando situaciones, lugares y experiencias que vivimos, adornándolas de romanticismo. Así como también le daremos a partir de ese pasado, un lugar ficticio en el presente a nuestra ex pareja que ya no debe ocupar.
¿Qué es el Síndrome de Rebeca?
Es una condición psicológica en la cual se comienzan a gestar recuerdos obsesivos o celos retrospectivos, porque están anclados a situaciones del pasado en términos afectivos. Si bien no se trata de un trastorno propiamente tal, ya que no se encuentran recogidos los síntomas en los principales manuales diagnósticos de salud mental, es un problema arraigado en las relaciones disfuncionales. En las cuales se queda anclado en experiencias pasadas.
¿Cómo identificarlo?
El Síndrome de Rebeca surge por la necesidad de ejercer el control sobre otro. Intentar saber todo acerca de la pareja, enrostrar la interacción en redes sociales, leer los mensajes que envía o recibe o incluso llegar a violar su privacidad.
Así como también frecuentemente compararse con personas del pasado de su pareja o bien con la ex pareja de su actual relación. Haciendo comentarios negativos, hablando sobre situaciones que pueden o no ser reales, emitiendo juicios de valor acerca de la relación o en los casos más graves teniendo comportamientos persecutorios o de acoso.
En este sentido, la inseguridad de la relación o disfunción de la misma, hace que se estimule el síndrome, teniendo un terreno fértil como una baja autoestima, dependencia emocional u otro tipo de trastornos que hacen que una relación sea dañina.
¿Cómo evitar el Síndrome de Rebeca?
A quienes lo sufren, las invito a dejar de competir como fantasmas en historias pasadas y abrirse a la idea de cerrar ciclos mentales con aquello que por alguna razón poderosa, ya no forman parte de su vida.
También es importante hacer una revisión a la autoestima y seguridad personal, de modo de poder diferenciar si realmente está sucediendo algo que las pueda llevar a desarrollar el Síndrome de Rebeca o bien darse cuenta si la relación no tiene claros límites en la confianza. Para ello evita las comparaciones, céntrate en el presente y valora tu propia capacidad de construir un vínculo sano.
Por Paula Hormazábal, psicóloga clínica especialista en psicoterapia femenina y temáticas de género.
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