¿Has tenido relaciones sexuales que después de mucha emoción y acción, termina en un momento triste? Esto precisamente no corresponde mucho a una experiencia sexual positiva que incluye sentimientos de bienestar o felicidad, pero que no está muy alejado de la realidad.
Sí, como lees. Hay un fenómeno llamado «sex blues» o disforia postcoital, donde luego del sexo surgen sensaciones de irritabilidad, melancolía o ansiedad, que no tienen mucha explicación. Estos en ocasiones van acompañados de ganar de llorar o incluso con ganas de sentirse protegida.
Esto complica a muchas personas, sobre todo con una relación estable, con sexo consensuado y satisfactorio. Si bien se da comúnmente en mujeres, los hombres también pueden experimentar este tipo de sensaciones, que en ocasiones son difíciles de controlar.
¿Qué es el sex blues?
Tal como revela el estudio Journal of Sex and Marital Therapy, casi la mitad de las mujeres han experimentando disforia postcoital, mientras que el 5 al 10% lo ha sufrido en el último mes. Las mujeres en estudio, aseguraron que suelen sentir autodesprecio, vergüenza e incluso episodios depresivos luego del sexo. Mientras que los hombres investigados explicaron que suelen esconder esta tristeza a sus parejas, con el fin de no preocuparlas.
Según el mismo estudio, uno de los factores claves en esta tristeza post coito se da por una angustia psicológica presente en la persona, como también estrés o depresión en la vida general. Aunque también hay investigaciones que sugieren a las hormonas o sentimientos asociados al sexo.
Otro factor que influye en el PCD es ser víctima de agresión o abuso sexual en el pasado. «[Las personas] que han experimentado abuso sexual [pueden] asociar encuentros sexuales posteriores, incluso aquellos que son consensuales o que ocurren dentro de una relación íntima, con el trauma del abuso», explica la psiquiatra especializada en sexualidad, Lea Lis, a Healthline.
¿Debemos preocuparnos?
Pero no te preocupes, los investigadores de Journal of Sex and Marital Therapy explicaron que más que verlo como un trastorno, se debe ver como parte de una experiencia sexual. ¡Ojo! Siempre y cuando este tipo de tristeza no invada tu relación de forma regular y causando mayores consecuencias.
«Debemos aceptar que algunos episodios sexuales serán más satisfactorios que otros. Y siempre que la disforia poscoital sea poco frecuente y ocurra sin una angustia significativa, debe verse como parte del rango normal de la experiencia sexual humana, más que como un trastorno», aseguran desde Psychology Today.
Para esto, los expertos sugieren permitirse sentir esta tristeza, pero también conversar con tu pareja para que ambos entiendan por lo que están pasando. Quizás esto los llevará a entender si hubo algo específico dentro del encuentro sexual que causó esta molestia o si viene de un episodio traumático pasado.