Muchas veces escuchamos que ciertas personas pasan por una fase donde aseguran que sienten odio a su pareja y no se sienten contentas con ellas.
Para Hugo Huerta, psicólogo especialista en Trauma Complejo del desarrollo, es fundamental primero entender qué significa este odio cuando hablamos de él. Según la Asociación Americana de psicología (APA), el odio es «una emoción hostil, en la cual se combinan sentimientos de ira y detestación. El odio puede generar el deseo de hacer daño».
Entendiendo ya el concepto, podemos comprender cuánto tiempo queremos estar anclados a esta emoción, y si será pasajera o algo permanente. Esto nos permitirá entender que en el mundo de las parejas, pueden «aparecer conductas o aspectos de la personalidad de una persona que resulten «odiables» para su contraparte. Es decir que le hagan sentir una disposición más bien hostil o de odio, ya que las conductas y aspectos de la personalidad son dinámicos, y van cambiando en el tiempo o bien se van conociendo más en profundidad».
Pero, ¿es normal sentir odio hacia la pareja?
En este mundo es complejo hablar de lo que es normal y lo que no, lo que sí recomienda Hugo Huerta es ver el odio con naturalidad tal como los demás sentimientos y emociones.
«El odio tiene un lugar poco aceptado social y culturalmente, por lo que tendemos a ocultarlo y a avergonzarnos o culparnos por sentirlo, lo que resulta en que finalmente no somos muy conscientes de lo que odiamos y entonces no lo logramos manejar y resolver».
Según el experto, el odio es igual a las otras emociones y solo es una respuesta humana a determinadas situaciones, por lo que aceptarlo permite comprender con mayor claridad aquello que nuestra sabiduría interior nos está mostrando.
¿Qué nos puede indicar ese sentimiento?
Si sentimos odio en ciertas situaciones con nuestra pareja, esto nos puede mostrar que hay ciertos temas que no han sido resueltos ni abordados de la manera correcta.
El experto en ayudar a personas que acaban de terminar una relación de pareja sugiere que «una pareja podría llevar mucho tiempo juntos y aún una de las personas podría sentir que «odia» que su compañero o compañera haga huevos fritos y deje la cocina sucia, o que tenga ciertas actitudes sexuales o sociales que le resultan incómodas. En todos estos casos hablar de aquello odiado puede abrir una puerta para mejorar aquellos aspectos de la relación que están causando este odio».
¿Cuándo el odio se vuelve preocupante?
Este sentimiento se vuelve preocupante cuando pasa de ser una emoción a conductas de agresión física o psicológica en contra de la pareja. Si bien Hugo Huerta nos aclara que este odio transitorio es completamente aceptable, no lo son sus conductas y expresiones.
«Finalmente es preocupante cuando odiamos muchos o todos los aspectos de nuestra pareja, ya que en ese punto vale la pena preguntarse respecto de la viabilidad de un vínculo sano o de poder resolver todos los aspectos que están generando esta hostilidad hacia la persona con quien tenemos una relación», asegura el psicólogo.
En este sentido, Hugo Huerta recomienda tomar terapia de pareja cuando existan dificultades para identificar o reconocer sentimientos o expresiones que estén causando problemas en la relación.
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