Sabemos que muchas veces la vida en pareja puede ser un desafío, pero jamás debe poner en riesgo la vida de quienes la componen. La felicidad y el bienestar debe ser la base de una relación amorosa junto con el respeto, por lo que si este principio se rompe, debemos estar alerta para tomar una decisión que cuide nuestra salud física y mental.
La psicóloga Andrea Cid de IntegraMédica asegura que ninguna relación debe estar marcada por la sensación de infelicidad o estrés permanente. «También hay que poner atención cuando la emoción principal durante la relación es el miedo. En ese caso ya deja de ser positivo estar en esa relación de pareja», asegura la profesional.
¿Cuáles son las señales que te muestran que estás en una relación tóxica?
La profesional asegura que la señal principal es cuando una de las personas que componen la relación, hace sentir mal al otro de manera frecuente.
Otras señales son:
– Sentir mal al otro ya sea con actitud o palabras que disminuyen a la persona.
– Control excesivo ante la vida del conviviente, dominando sus salidas, con quién se relación, qué hace o con quién habla.
– Deshonestidad, mentiras y faltas de respeto.
– Agresiones verbales o físicas.
– Falta de apoyo en situaciones que sean importantes para la pareja, mostrando desinterés de forma constante.
– Celos excesivos y escenas que incluyen violencia física o psicológica.
– Envidia por el éxito de otra persona ya sea en lo laboral o en lo personal.
¿Se puede erradicar la violencia en una relación tóxica?
Si bien a veces podemos pensar que las personas pueden cambiar, cuando existe violencia de por medio, no es tan sencillo.
Tal como explica la especialista, uno de los dos se tiene que dar cuenta de lo que está pasando y aceptar la responsabilidad en el conflicto.
«Ahora, si ven que la situación antes descrita no la pueden manejar solos, deben acudir a un especialista. Y, en el caso de la mujer, si nota que no puede cortar una relación violenta, debe pedir ayuda externa, ya que es muy fácil quedarse en este tipo de relaciones, que buscan generar sentimientos de culpa», explica Andrea Cid.
Siempre es una buena idea pedir ayuda a profesionales, ya que personas que han experimentado abandono emocional en la infancia de sus figuras protectoras o que presentan personalidades más pasivas o sumisas, suelen ser más vulnerables ante sus agresores.
Lo que sí debemos recordar siempre, es que los conflictos no se superan de forma mágica. La experta de IntegraMédica asegura que es necesario «identificarlos y abordarlos, si queremos que la relación mejore y continúe, o bien, detectarlos para salir de ella antes de que siga haciendo daño. También es clave no sentir culpa por defenderse. Las personas debemos poner ante todo el bienestar psicológico propio como prioridad. Velar por nosotros mismos».
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