Lo hemos visto en las películas, en las canciones («No somos na’ pero estamos envueltos hace rato«, gracias Bad Bunny), y seguramente en nuestro día a día. ¿Ese amiguito especial que tienes? Ajá, ese mismo. Quizás terminen en la cama.
Bueno, aclaremos. No nos estamos refiriendo a todos los amigos del sexo opuesto que tienes. Pero no nos cabe duda de que, quizás, en algún minuto, hubo uno de ellos que te llamó un poco más la atención que los demás. Ya saben, esa amistad que una dice: «No, ni ca…, pero, si estuviera cura'»…
En FMDOS te vamos a contar un secreto: a veces, no vas a estar bajo los efectos del alcohol, y antes de que lo sepas, estarás envuelta entre las sábanas con esa personita especial. Ya saben lo que dijo la Rosalía, «los amigos que se besan son la mejor compañía».
Pero, ¿es posible tener un «tiramigo»? Es decir, ¿podemos hacer que este tipo de relación dure a largo plazo sin dañar la amistad en caso de que las cosas no resulten? ¿Hasta dónde podemos combinar el sexo con este tipo de lazos afectivos, sin que nadie salga herido? ¿Qué se necesita?
Aquí te damos la respuesta.
La guía perfecta para tener un tiramigo (y que funcione bien)
Ay, los tiramigos. Son un concepto millenial que combina lo mejor de dos mundos: el cariño y la confianza de una buena amistad, y el placer y calentura de un sexo fogoso.
A simple vista, podría parecer sencillo. Y es que no solo estás recibiendo todos los beneficios de una pareja, sino que estás sacando algo clave de la ecuación: el compromiso. No hay necesidad de decirse dónde están a toda hora, ni de alterar sus vidas el uno por el otro… Solo están acostándose, y de paso, tienen a alguien a quien contarle tus cosas y que se ría contigo. ¡Genial!
Sin embargo, lo que fácil llega, fácil se va, y es que en un gran porcentaje de casos, los sentimientos terminan por confundirse y comienzan a causar problemas. No falta la persona que termina enganchándose del otro, uno que no quiere nada, y ¡pum! Adiós amistad, adiós sexo.
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De hecho, una encuesta realizada por Mundo Psicólogos reveló que este último escenario es tan común que, para el 51% de los investigados, es imposible mantener una amistad a medio plazo luego de comenzar a establecer un vínculo sexual.
Pero, ¿qué pasa con ese 49%? ¿Son tan fenomenales, o siguen una serie de reglas claras que deben establecerse en la cabeza de ambas personas involucradas como si fuera una Biblia?
La verdad es que se trataría de lo segundo. Según esta misma plataforma, el tiramigo podría ser una figura muy importante en la vida de quien decida tener uno, ya que «promociona el valor de las relaciones ocasionales y ligeras como una forma agradable de pasar el rato, sin compromisos, con el único propósito de no pensar y de divertirse. Práctica que en sí misma no es dañina, si ambas partes están dispuestas y no buscan nada más que diversión saludable».
Eso sí: «Ambas partes han de tener las cosas muy claras y un apego seguro». ¿Fácil, o no? Cero, pero es que cero sentimientos. Así como alguna vez lo dijo Noriel.
Así que ya sabes chica FMDOS, es complejo tener un tiramigo, pero si ambas partes acuerdan que no van a mezclar absolutamente nada sentimental, ¿qué puede salir mal? Haz que en tu cuarto caiga un diluvio. Y si es ese amigo que tu ex odiaba, dale duro dale mami más duro.
