- Por Equipo Fmdos.cl
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Por años, el tabú alrededor de la sexualidad femenina afectó a generaciones enteras de hijas que crecieron con poca información sobre el desarrollo. Incluso, el descubrimiento de temas básicos llegó a tardar más de lo que puede tardar ahora.
En el presente, hay dos factores que influyen en una mayor naturalización de estos temas. El primero es el rompimiento del miedo al hablar sobre esto; el segundo, las nuevas tecnologías.
Actualmente, el acceso a la información en la web es tremendo, pero eso puede convertirse en un arma de doble filo. Por lo tanto, la clave de una educación sexual sana y adecuada está donde todo comenzó, en casa.
Cuando las hijas llegan a la pubertad, las preguntas sobre la sexualidad femenina van a llegar de forma inevitable. Por esto, no se trata de identificar cuándo hablarlo con ellas sino el cómo hacerlo. Así lo asegura la ginecóloga y madre de cuatro hijas, Miriam Al Adib Mendiri, en diálogo con el diario El País.
¿Cómo hablar de sexualidad femenina y desarrollo con nuestras hijas?
Para la ginecóloca, no existe un día y una hora exacta que sea la adecuada. En realidad, cualquier día puede serlo siempre que existan las condiciones para hacerlo.
«Normalmente, las niñas y las adolescentes están preparadas para recibir explicaciones cuando ellas mismas hacen las preguntas. Pero para que se atrevan a preguntar es necesario haber crecido en un entorno amoroso y seguro, un clima libre de coacción y tabúes, donde hayan disfrutado de una sana comunicación y confianza con sus progenitores», dice la experta al mencionado medio.
«Es necesario tener naturalidad, es decir, llamar a cada parte del cuerpo por su nombre. Responder con sinceridad a sus preguntas desde que son pequeñas (nada de cuentos de cigüeñas que traen bebés), no estigmatizar la natural tendencia al autoconocimiento y autoplacer (desde la infancia es normal que se toquen o se masturben, solo hay que decirles que lo hagan en su intimidad, pero nunca darles a entender que esto sea malo) y, sobre todo, hablar de los cambios del cuerpo antes de que estos se produzcan», suma.
La importancia de una relación positiva contigo misma
Para la especialista, hablar de sexualidad femenina con nuestras hijas también va más allá de lo que le decimos, sino de cómo somos con nuestro propio cuerpo.
«No se suele hablar del impacto que tiene para la adolescente la relación que tiene su madre con su propio cuerpo. Si la madre está todo el día transmitiendo mensajes negativos como odio mi cuerpo, estoy gorda, me hago vieja y fea, qué asco tener la regla, no soporto el vello o si trata cosas tan normales como la regla o la desnudez con tabúes, la niña estará captando el mensaje de que ser mujer es de lo peor y que tenemos muchas cosas feas que hay que ocultar», advierte.
Sobre esto precisa que ese escenario solo causará que «cuando empiecen sus cambios en su cuerpo repita los mismos tabúes y este odio contra su cuerpo. En cambio si la madre tiene una buena relación con su cuerpo, buena autoestima, no tiene tabúes, vive sus procesos sexuales y reproductivos de forma sana, tiene buena comunicación con su hija y siempre le ha respondido a sus preguntas con naturalidad, todo esto tiene mucho más poder que darle largas parrafadas cuando llega la adolescencia».
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