Por Paula Hormazábal, psicóloga clínica especialista en psicoterapia femenina y temáticas de género.
Para hablar de límites es importante primero comprender que éstos nos ayudan a mantener una relación sana con nosotros mismos. Pero ¿Cuándo es necesario revisar si he puesto fronteras personales en mi vida? Lo primero que hay que entender es que no son para otro, sino que son la base de una autoestima sana, por tanto, son parte de lo que somos en esencia.
Los límites en nuestra vida se sienten, como por ejemplo cuando dices sí y realmente querías decir no, cuando aceptas comportamientos de las personas que en realidad te afectan, cuando sentimos que nuestros derechos están siendo vulnerados o bien cuando seguimos haciendo lo que otros dicen o dejándonos influenciar.
Los límites tienen que ver con nuestra propia autorregulación en términos de nuestros comportamientos frente a situaciones, pero por sobre todo frente a los demás, los límites nos conectan con nuestra voluntad de llevar acciones que favorezcan nuestra vida y nuestros procesos personales, que nos aporten en la construcción de nuevas realidades.
¿Cómo influyen los límites en las relaciones sociales?
Algunos límites personales, como por ejemplo, los que establecemos en pos de nuestro autocuidado, de nuestro cuerpo y de nuestra salud mental, requieren parte nuestra una energía extra, dado que para cumplirlos estamos también derribando límites antiguos arraigados plenamente en nuestra vida.
Mientras que los límites en el aspecto de las relaciones, pueden ocasionar pérdida, ruptura y/o cambios que impactarán en la dinámica relacional establecida con las personas involucradas, y a su vez exigen de nuestra parte una buena dosis de voluntad y profundo compromiso para poder mantenerlos, dado que como se trata de personas, éstas pueden intentar mediante argumentos persuasivos, hacernos sentir culpables y de este modo lograr la misma conducta anterior que les beneficiaba. Recuerda que quienes se sentían cómodos con tu falta de límites, serán los que primero se resentirán cuando los establezcas.
¿Para qué estableceremos límites?
En primer lugar para dejar de ser duros con nosotros mismos y para hacerlo, debemos dejar de lado el diálogo interno inquisitivo, la autocrítica destructiva que cuestiona en ocasiones sin piedad todo aquello que hacemos, decimos o sentimos, de modo de autosabotear una y otra vez nuestras decisiones.
Los límites relacionados con nuestro autocuidado, quizás sean uno de los más difíciles de sostener. Por lo que la voluntad y el compromiso de querer lograr un resultado de cambio juegan un papel muy importante.
Las fronteras personales funcionan como verdaderas protectoras de nuestra integridad física, así como también nos permiten interactuar con otros con respeto y confianza, logrando establecer vínculos que nos complementen y nos nutran. A su vez nos ayudan a generar un espacio seguro para nosotros mismos, en el cual podemos expresarnos sin miedos, sin culpas y hacer en base a nuestros propósitos. Los límites surgen cuando nos decimos la verdad y la verdad nos hace libres.
Lee también: 5 parejas de famosos que trabajaron juntos tras terminar su relación