Estar enamorado es uno de los sentimientos más valorados por los humanos. Pero no siempre es sencillo encontrar a esa persona indicada con la que puedes tener un compromiso respetuoso.
El reconocido psicólogo estadounidense Robert Sternberg, define el amor en el contexto de una relación de pareja como: “un conjunto de sentimientos, emociones y valores que se encuentran presentes en una relación. Y que está compuesto por tres elementos fundamentales: la intimidad, la pasión y el compromiso”.
Por eso, queremos evaluar aquellos comportamientos que pueden dañar tu relación de pareja y cómo puedes trabajar en ellos para que tu amor fluya de la manera más sana.
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5 errores que cometemos cuando estamos enamorados
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No establecer acuerdos claros
Es importante que antes de comenzar una relación de pareja, y durante su desarrollo, se conversen cuáles son las actitudes o dinámicas que no le gustan a ambas partes. Ya que al conocerlas se pueden evitar y así lograr un mejor entendimiento.
«Es importante establecer acuerdos para disminuir los niveles de estrés y ansiedad en el contexto de la relación. Por ejemplo el cómo se van a respetar los espacios personales, también respecto de planes de futuro, cuidado de los hijos o los aspectos económicos y domésticos», nos explica Hugo Huerta, psicólogo especialista en procesos post termino de relaciones de pareja.
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No conocer tu tipo de apego
En palabras simples el apego es como un programa superinteligente con el que venimos equipados para sobrevivir y que, desde el momento de nacer, busca incesantemente obtener el cuidado de otro ser humano. Esto produce en nosotros emociones y conductas que nos mueven a estar cerca de alguien. Para conocer y trabajar tu estilo de apego, debes hacer consciente tu propia y válida necesidad de afecto, para que de esta manera puedas encontrar y mantener relaciones satisfactorias acordes a tus necesidades.
Hugo Huerta explica que existen 4 tipos de apego:
Seguro: te sientes confortable dependiendo de tu pareja y sintiendo que tu pareja depende de ti.
Inseguro ansioso: necesitas urgentemente confirmar que te quieren y demostrar constantemente que amas.
Inseguro evitativo: eres una persona introvertida, te sientes incómodo estando muy cercano a tu pareja y te es difícil confiar en ella completamente.
Desorganizado: temes a que el amor te dañe pero a la vez necesitas sentirte amado y vives en la desconfianza e inseguridad (este estilo de apego se asocia a experiencias traumáticas en los vínculos de la infancia)».
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No escuchar lo que dice tu cuerpo
El sistema nervioso autónomo tiene la capacidad de “neurocepción”, que nos permite detectar el peligro y las malas intenciones de las personas en forma instantánea. De manera que podemos sentir que algo anda mal en la relación mucho antes de procesarlo conscientemente.
«Muchas personas que han estado en relaciones abusivas, recuerdan haberse dado cuenta en las primeras etapas de la relación de ciertas sensaciones que aunque inexplicables, les hacían sentir que algo andaba mal. En este caso es importante consultar amistades e idealmente a un profesional. Pero nunca dejar pasar lo que, de manera visceral, podemos detectar o percibir», aconseja Hugo Huerta.
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No enfrentar los conflictos
Resolver los problemas mediante el diálogo de manera oportuna es fundamental. Ya que permite ir haciendo un diagnóstico previo de nuestra capacidad y la de nuestra pareja para manejar el estrés y resolver situaciones de forma armónica. El error común es pensar que las cosas se arreglarán solas.
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Creer que el amor es suficiente
Uno de los últimos errores que cometemos al estar enamorados, es que además de sentir amor, es necesario tener habilidades socioemocionales para poder estar juntos, como por ejemplo saber resolver conflictos, manejar desacuerdos, expresar sentimientos y escuchar lo que nuestra contraparte quiere expresar “de esta forma podremos mantenernos junto a la persona de manera madura y consciente, donde el amor es un sentimiento presente pero no lo único que nos mantiene unidos”.
La última recomendación del psicólogo Hugo Huerta es ser siempre conscientes de nuestros actos, y cómo estos tendrán un efecto en los demás. A este se le suele conocer como responsabilidad afectiva, «y pone a la relación en un marco ético y de empatía necesario en el contexto del enamoramiento».
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