Simone Biles volvió a hacer historia en los Juegos Olímpicos París 2024. Con otra medalla de oro en su bolsillo, la deportista se coronó como la estadounidense más condecorada de la cita de los anillos. Esto, bajo el apoyo de sus padres y esposo que se hicieron notar en las gradas.
Biles logró un desempeño casi perfecto el día de ayer en la competencia por equipos en gimnasia artística. Con su familia deportiva conformada por Sunisa Lee, Jade Carey, Hazly Rivera y Jordan Chiles, logró llevar al equipo estadounidense a lo más alto del podio.
Desde los asientos su esposo Jonathan Owens, jugador de fútbol americano de los Bears de Chicago en la NFL, celebró a Biles como todo un enamorado. El deportista viajó desde Estados Unidos a la ciudad francesa para poder apoyar a su pareja. ¡Un romántico!
Junto con Owens, los padres de Biles también aplaudieron y gritaron eufóricos cuando su hija cerró con su impactante rutina en suelo. Ronald y Nellie Biles son reconocidos por el gran soporte y apoyo que le han entregado desde pequeña.
Y es que Simone Biles también se llevó el oro con ambos cuando la adoptaron en su infancia, rescatándola de abusos y malas condiciones de vida.
Padres abusivos: la triste infancia de Simone Biles
Simone Biles sin duda es de las mejores gimnastas que el mundo ha visto pasar por los Juegos Olímpicos. Sus logros deportivos han marcado tantos hitos en su carrera como sus logros personales.
Y cómo no, si hizo un triunfal regreso luego de que dejara Tokyo 2020 a mitad de la competencia por problemas de salud mental. La deportista tuvo que alejarse de las pistas por su ansiedad y los traumas por abusos sexuales de los que fue víctima.
Pero hoy, vuelve más fuerte que nunca. Y sin duda que su historia personal la ha traído hasta lo alto del podio.
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Simone Biles tuvo que superar una infancia muy dura, marcada por padres drogadictos, Shanon Biles y Kelvin Cemons, quienes además abusaban de drogas y alcohol.
La deportista tenía solo tres años cuando el servicio social de su ciudad natal Columbus, Ohio, tuvo que intervenir y quitarles la custodia de ella y sus hermanos.
Fue entonces cuando su abuelo Ronald Biles y su esposa Nellie tomaron la responsabilidad de ella y su hermana Adria. Desde entonces, ellos son la gran figura paterna y materna que hoy se refleja en el triunfo de su hija.
Biles se ha abierto en varias ocasiones a hablar sobre este momento en su vida. Es más, no ha perdido el contacto con su madre biológica. Al ser consultada en algunas ocasiones por los medios la atleta ha dicho: «Cuando era más pequeña me preguntaba qué habría sido de mi vida si no hubiese pasado nada de esto. A veces todavía me pregunto si mi madre biológica se arrepiente y querría haber hecho las cosas de manera diferente, pero evito plantearme estas preguntas porque no las tengo que responder yo”.
Así, luego Biles se transformó en una niña de seis años que comenzó a mostrar sus dotes en la gimnasia artística, con saltos, piruetas y rutinas que hoy la han transformado en una de las mejores de la historia.