Ha pasado más de un año desde que el Coronavirus llegara a nuestro país. Desde ese entonces cuarentenas, restricciones en la movilidad y un cambio brusco en las rutinas fueron parte de nuestra nueva realidad.
Una pandemia que afectó a grandes y pequeños, y que no solo dejó consecuencias en la salud mental, sino que también problemas en el aprendizaje en los niños y niñas de nuestro país.
Las consecuencias de la pandemia en los niños
Al preguntarle al psicólogo Hugo Huerta, especialista en Trauma Complejo del desarrollo, cuáles eran las señales más graves que dejó el Covid-19, el profesional aseguró que las medidas de cuidado han dejado «en los niños la desconfianza, ya que no tienen certeza de quién es portador del virus. Por tanto aumenta su preocupación respecto de lo seguro o inseguro que sea estar cerca de sus amigos».
«A propósito de esta nota le pregunté a mi hijo de 8 años «¿qué es lo que más te ha afectado de la pandemia?», sin pensarlo me respondió: «Mi ansiedad social», «¿Cómo es eso?»- insistí, «estoy preocupado de no poder hacer amigos, ahora recién he podido invitar a Renato», nos cuenta el profesional.
Toda esta preocupación genera que su sistema nervioso entre en un estado de alerta, donde su deseo natural de hacer amigos y socializar se ve frustrado.
Los graves problemas en el aprendizaje
La educación es una de las cosas que más se ha visto afectada, esto porque muchos padres o tutores sienten temor de enviar a los niños al colegio.
Esta situación es más compleja cuando en niños hay trastornos de ansiedad u otros factores que afectan su aprendizaje. «Estos son principalmente dos: por una parte están los constantes cambios (inestabilidad) en las rutinas al pasar de clases presenciales a online, lo que no les permite terminar de adaptarse y por otro lado está la imposibilidad de llevar su vida social con niños de su edad sin miedo al contagio», asegura Hugo Huerta.
Como recomendación, el psicólogo sugiere que si los niños continúan en clases a distancia, los padres y tutores generen mayores instancias de diálogo e interacción social en las horas de la comida.
Recomendaciones para los padres que tienen miedo a enviar a sus niños a clases presenciales
El psicólogo Hugo Huerta asegura que «aportan mucho más que conocimiento, ya que les ofrecen a los niños y niñas un experimento de la vida donde pueden practicar y desarrollar habilidades sociales en un contexto más amplio de interacciones y creación de vínculos individuales y grupales».
Por eso mismo, el especialista recomienda permitir la interacción social de manera gradual, porque no todos los niños toleran la presencia de ruidos durante largos periodos de tiempo.
«Esto puede ser en el entorno familiar o bien puede incluir retornar a clases en la medida que esto sea seguro, dándoles confianza y manteniendo un diálogo abierto respecto de cómo lo están pasando en el aula y de cómo están resolviendo los temas o dificultades sociales».
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