No es necesario mencionar toda la evidencia científica que hay detrás sobre la lactancia materna, para entender que es una de las formas de alimentación más beneficiosa para la madre e hijo.
Pero en este proceso de amamantar, existen una serie de factores que dificultan a las madres, ya sea por el agarre del bebé en el pecho, la cantidad de leche producida e incluso el estrés.
Aún así, muchas madres se sienten presionadas con la lactancia y los comentarios de sus cercanos no ayudan a que este proceso sea más sencillo. Para entender cómo lidiar con la presión social y las críticas, conversamos con Paula Hormazábal, psicóloga clínica especialista en psicoterapia femenina y temáticas de género.
La lactancia materna lejos de la presión social
La especialista nos refuerza que es importante entender que la lactancia materna es una forma de alimentación, que en consenso por expertos y de forma mundial está recomendada.
Esta tiene importantes beneficios tanto a nivel inmunológico como nutricional, que incluso tiene un impacto psicológico tanto para la mamá como para el recién nacido.
Pero a pesar de que la lactancia materna sea la mejor opción, «la decisión de amamantar» debe ser «libre de parte de la madre y que lo haga dentro de su estilo de maternidad». Por ningún motivo «por presiones o para seguir estereotipos».
«La libertad en la maternidad es muy importante para todas las mujeres, dado que es un acto generoso, en el cual están involucrados los cuatro aspectos de un ser humano. Específicamente en el amamantar el cuerpo de la madre esté puesto a disposición del hijo para su nutrición. Por tanto, es una relación libre, sana, que debe darse en un ambiente emocional y psicológico seguro», nos explica Paula Hormazábal.
Amamantar: Una decisión personal y única
Si bien existen muchos factores que dificultan una lactancia perfecta, hay sectores menos privilegiados que ven el amamantar como una obligación. Tal como nos explica la psicóloga, esto se da clases sociales menos privilegiadas donde el acto de dar pecho es una obligación, «porque no se tienen los medios para alimentar a un lactante con sustitutos por el costo que esto significa. Por tanto, la presión a ejercer la lactancia puede ocasionar la resistencia a llevarla a cabo, por ende, la culpa de la madre al compararse con otras madres en el periodo de puerperio».
El daño de las críticas hacia las madres
Si una mamá se encuentra en un entorno inseguro, la lactancia materna será mucho más dura. Más aún si las críticas le generan «un sentimiento de no ser lo suficientemente buena para sostener el vínculo con el hijo. Dando paso a los primeros síntomas de depresión de posparto».
Por esto, es necesario que las mujeres que se encuentren amamantando, puedan establecer límites sobre los comentarios y las formas de crianza que quieren seguir. Con el fin de eliminar esta presión social o de familiares sobre la relación madre-hijo.
Frente a la decisión de la lactancia materna, esta debe ser informada, segura y entendiendo que siempre la relación entre el recién nacido y su mamá, debe ser un espacio seguro, privado y protegido, nos explica la experta en psicología clínica.
Cómo disminuir la presión interna de la lactancia materna
El elegir amamantar es la primera parte del proceso, donde también se involucran factores ambientales, culturales o socioeconómicos y que van a interferir en el resultado final de la lactancia.
«Por otro parte este proceso debe considerar los factores implícitos en el cuerpo de la mujer, específicamente en los pechos, que pueden provocar molestias, incluso dolor al amamantar lo cual genera estrés, culpa y resistencia cuando no se da contención a este síntoma. Por el contrario, se incita a la madre a aguantar, esta práctica afortunadamente se ha ido dejando atrás con la generación de más grupos de apoyo de mujeres puérperas».
¿Qué hacer ante un cuadro de estrés en la lactancia materna?
En el caso de que la madre que va a amamantar esté estresada, lo primero es tratar ese cuadro idealmente antes de la lactancia materna. Se debe comprender «que no necesariamente debe comenzar a amamantar inmediatamente después del nacimiento, sino que puede apoyarse en un proceso gradual que vaya acorde con su propia capacidad física, emocional y psicológica».
También debemos entender que si existen otros factores que están interviniendo en el proceso y que no nos permiten amamantar, «se debe aceptar el apoyo, la guía y las mejores prácticas alternativas para estimular de manera sustituta lo que la lactancia materna provee», nos explica Paula Hormazabal.
Y tú, ¿crees que la lactancia materna recibe mucha presión y críticas?