Por Carolina Reyes Cristi, psicóloga, Magíster en Psicología Educacional y Directora Colegio Monteluz
Las separaciones conyugales siempre son difíciles, tanto para los padres, como para los hijos. Esto ocurre porque inevitablemente hay que vivir un proceso de duelo que está relacionado con el término de un sistema familiar que estaba constituido, produciéndose así, un proceso de “pérdida”: pérdida de un compromiso de pareja, pérdida de vivir con ambos padres en el mismo lugar, pérdida de compartir la rutina diaria en familia, pérdida de actividades que se generaban en conjunto, etc. Y esto, inevitablemente acarreará tristeza, ansiedad, angustia, miedos e inseguridades, independiente de la edad en la que se encuentren los hijos.
Sin embargo, existe una gran diferencia en el tipo de relación que se genere a nivel familiar producto de la separación, si la ruptura es tóxica, los hijos van a vivenciar altos montos de angustia, confusión, rabia, pero también tristeza que se cronificarán en el tiempo, dejando consecuencias en su desarrollo posterior como adolescentes y también, en la conformación de parejas que tengan en la vida adulta. Mientras que en las separaciones sanas en cambio, las consecuencias emocionales duran un tiempo y luego se superan, ya que se logra elaborar el duelo que implicó.
Diversos estudios y especialistas recomiendan que existen ciertas emociones y vivencias que hay que considerar al momento de plantearles y explicarles a los hijos sobre los padres separados. Entre las que podemos destacar:
1-Confusión
Los adultos deben explicarle de forma simple a los niños cómo la separación afectará a la estructura familiar, sin embargo, deben dejar claro que hay muchas cosas que no van a variar.
Frases recomendables: “Hay cosas que van a cambiar y otras no, por ejemplo seguirás viviendo en la misma casa, asistirás al mismo colegio/jardín, sigues teniendo los mismos amigos, y el amor de mamá y papá sigue siendo el mismo hacia ti”.
2-Manejo de enojo
Muchas veces y de forma inconsciente, los padres comienzan a discutir o a gritar frente a sus hijos, lo cual afectará naturalmente en ellos, y pueden pensar que esta agresividad que se observa, se torne en contra de ellos. Si están en proceso de separación es normal que puedan existir estas diferencias de punto de vista, pero es importante que nunca se posicione al niño al centro del conflicto.
Frases recomendables: “La separación puede hacer que todos se sientan tristes y tú también puedes estarlo, si tienes ganas de llorar, lo puedes hacer”.
3-Conclusiones falsas:
Si no les explicamos de forma correcta a los hijos los motivos de la separación, pueden comenzar a autoculparse. Es por esto, que debemos darles las razones adecuadas para su edad, evitar traspasar tus frustraciones o rabias.
Frases recomendables: “La separación ocurre en muchas familias, y no es tu culpa que suceda en la nuestra”, “tú no tienes la culpa de la separación, y tampoco es tu tarea arreglar la situación”.
4-Mensajes opuestos:
Es muy frecuente que los padres intenten explicarle a los niños qué ocurre, el problema es cuando no unifican el mensaje. Es por eso, que es muy importante que los padres conversen y lleguen a acuerdos sobre la información que se transmitirá a sus hijos, con el objetivo de no entregar mensajes opuestos que le causen confusión.
Frases recomendables: “Lo importante es que tus papás siempre serán tus papás y te seguirán queriendo”, “la separación puede hacer que la familia funcione mejor”.
Con estas acciones, podemos asegurar que el impacto emocional que traiga una separación, sea menor, ya que se estará entregando una base de confianza y seguridad que se desestabiliza con la ruptura de la estructura familiar.
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