Tengo un problema. Mientras mi teléfono suena y suena con las notificaciones de happn, estoy obsesionada con Mauricio.
Esa capacidad que tiene de estar al lado mío, pero sangrando por su ex, me tiene esclavizada. Y creo que hay onda, creo que le tinco, pero en definitiva soy la muleta emocional que está usando hasta que se le quite.
Y claro, yo lo voy a sanar, y él se va a ir con una más joven, menos alcohólica, menos enredada y con menor capacidad de meter las patas.
Estamos saliendo casi todos los días. Es casi un nuevo amigo gay, pero con tensión sexual. Ayer me fue a dejar a la casa y me pregunté si estiraba la trompa como una mina obvia o si era digna y me entraba, no más. Tal cual. No intentó nada, y a la media hora después, me manda un whatsapp que decía «buenas noche,s me hace bien estar contigo». ¿Qué cree que soy? ¿La soltera orgánica que no afecta a nada? Este corazoncito late. Y sí, ok, me creo la muerte con mi éxito digital, pero lo mío es QUE ME QUIERAN. Así de simple. Elígeme a mí. Tu ex no va a volver. Déjate de absorber mi buena onda y de llevarme a todas partes, si quieres ser mi amigo. NO quiero más amigos.
Basta de esta buena onda que en definitiva, son ganas de ser algo más.